AVE con destino a Córdoba…

A dos horas de Madrid en AVE, ahora que va a ser más barato, ahora que muchos tenemos más tiempo y disfrutamos viajando, os espera la perla de Andalucía. Córdoba, a orillas del Guadalquivir, es una joya incrustada en arabescos y cruces. No me extraña que los Califas y los Reyes Cristianos se enamoraran de una tierra perfumada con esencias de naranjo y aceites de olivo. Naturaleza privilegiada.

El Arte y la Historia se pasean cogidos de la mano por los arcos y las columnas de la Catedral, antigua Mezquita, los callejones de la Judería, el Alcazar de los Reyes Cristianos, las iglesias, las Caballerizas Reales, los Baños Árabes, el puente romano... La grandeza le viene de antaño.

Se escapan por las verjas los patios en flor, los jardines susurran cuentos orientales y las fuentes cantan por soleares. La belleza se recrea. Y el placer, también: nunca he probado un salmorejo con tanta alcurnia, ni un guiso con cuscús tan exquisito.

Córdoba asimila y ensambla el cruce de culturas, de épocas, de linajes... con elegancia, no en vano tiene antepasados ilustres: filósofos, artistas, músicos, poetas, califas y reyes...
"¡Ay Cordoba la llana!, tú le das al mundo entero los toreros de más fama...", canta el pueblo...

Dicen las leyendas que el Califa Omeya Abd al-Rahman III, heredó de su abuela vasca la cabellera de fuego. No sólo se mezclaban historias en la Córdoba mítica sino también amores. La realidad nos cuenta que este Califa convirtió a Córdoba en la ciudad más floreciente, culta y poblada de Europa, allá por la mitad del siglo X.
Los barrios modernos son hermosos, llenos de vida, pero el eco de la Medinat al- Zahra , la "Ciudad resplandeciente", hoy convertida en conjunto arqueológico, está grabado en cada mosaico nuevo, en cada palmera joven. El encanto perdura.

Córdoba siempre estuvo muy cerca del paraíso. No os la perdáis.