¿A qué olías?

¿A qué olías?

El perfume antaño era algo poco importante, antes había que comprar bienes de primera necesidad, por eso el mejor regalo que se le podía hacer a mi abuela era un perfume. Ella olía a Tabú de Dana, mi madre olía a sus cosméticos de Maderas de Oriente y yo ahora uso Opium de Ives Saint Laurent que es la que más me recuerda a Tabú. Mi padre por por supuestísimo era fiel a su Varón Dandy, no tanto los demás (¡qué peste!). Recuerdo una vez que mi padre me bañó para "echar una mano en casa" y después del jabón me dió otro baño de su colonia, pobre mi madre cuando quiso acercarse a darme un beso, ¡casi se desmaya!

Aunque esas fragancias se siguen viendo por algunas tiendas, no es lo que eran. Van desapareciendo por muerte natural de sus usuarios y ante eso no podemos hacer otra cosa que evocar nuestros recuerdos, porque dicen que la memoria olfativa es la que más persiste y te lleva a revivir diferentes momentos de tu vida, es el sentido más conectado con nuestros recuerdos emocionales.

No es extraño que cada vez más el marketing sensorial y en especial el olfativo estén en auge. Por ejemplo Starbucks utiliza el olor del café para asociar su marca y que todos sus establecimientos huelan igual, cualquier otro olor que interrumpa la fragancia se elimina, como fue el caso de un sándwich. O claro es el ejemplo de la sensación de comprarse un coche y que "huela a nuevo", tanto es así que la marca de coches Ford creó una fragancia para revender sus coches usados ¡como si fueran nuevos! Lo único que está claro es que los olores son experiencias y las experiencias estarán con nosotros siempre.

¿A qué olías?
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[José Molina]

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