'Cada día ganamos 6 horas de expectativa de vida'

miércoles, 21 de octubre de 2015

'Cada día ganamos 6 horas de expectativa de vida'

El pasado 20 de octubre tuvo lugar en la sede central del Imserso, en Madrid, el seminario internacional “El impacto socio-demográfico de la longevidad: evolución y características emergentes de la población en edad avanzada”.

La halagüeña previsión de que cada día que pasa ganamos 6 horas más de esperanza de vida la expresó el doctor estadounidense James Vaupel, que está considerado uno de los mayores expertos en envejecimiento, biodemografía y demografía formal. Lo hizo en el transcurso de la primera ponencia que abrió el seminario internacional "El impacto socio-demográfico de la longevidad: evolución y características emergentes de la población en edad avanzada", que se celebró en el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) a finales del mes pasado.

El objetivo final de este seminario internacional, dirigido exclusivamente a expertos (investigadores y planificadores en socio-demografía y envejecimiento y en producción de datos estadísticos de organismos públicos), y de otro más que le seguirá en noviembre de carácter nacional, será establecer las bases y definir los retos futuros en torno al envejecimiento poblacional y al cambio demográfico, de cara a la planificación social.

Tendencias recientes de la longevidad

Llevó a cabo la inauguración oficial de este primer seminario César Antón Beltrán, director general del Imserso, con unas calurosas palabras de bienvenida para los participantes. A su vez, la Dra. Rosa Gómez-Redondo, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)- Instituto Mixto de Investigación-Escuela Nacional de Salud (IMIENS), se ocupó de la presentación oficial de la jornada con la ponencia "Longevidad, salud y dependencia en España". En ella realizó una presentación estadística de la esperanza de vida y de la esperanza de vida en buena salud en España, de 0 a 65 años, de 1987 a 2003. Además, citó un estudio realizado en Cataluña en 1994 y 2011 que relacionaba el nivel educativo autodeclarado en España (2008) con la dependencia en el autocuidado, moderada y severa, siendo esta de 6,1 y 5,6 con estudios de primaria a 0,9 y 0,5 con educación terciaria, y en la dependencia de las actividades domésticas, de 5,7 a 12,9 y 1,3 y 2,6 respectivamente. 

A continuación intervino el renombrado profesor y científico de la demografía James Vaupel, que desde 1996, es el director fundador del Instituto Max Planck de Investigación Demográfica de Rostock, en Alemania. Durante su ponencia "Longevidad: evolución y características" el Dr. Vaupel señaló: "El futuro va a ser diferente del pasado. En una o dos décadas se progresará en combatir el cáncer y la demencia y se desarrollarán terapias específicas de genotipo. También se progresará en la regeneración y, posiblemente, en el rejuvenecimiento de los tejidos y órganos. Esto irá acompañado de progreso en la sustitución de genes dañados o nocivos. Se contará con la ayuda de nanotecnologías (nanorrobots). Y quizá en otra década o dos e incluso más tarde, se logrará disminuir el índice de envejecimiento".

¿Qué sabemos de la longevidad humana?

"El descubrimiento principal ha sido que la frontera de supervivencia está avanzando" explicó Vaupel. "La edad límite de supervivencia en la vejez no es inamovible, porque se está posponiendo la senescencia. La esperanza de vida está creciendo linealmente, sin que haya señales de tope máximo.

¿Esto llevará a una crisis global de las pensiones? No, si (pero, solo si) una mayor proporción de personas trabaja, incluyendo el trabajar a edades más tardías (por ejemplo, hasta 15 años antes de la edad media de esperanza de vida). Pero esta reforma va a ser tan difícil en muchos países que seguramente habrá muchas crisis de pensiones por todo el mundo".

"Las prospecciones para el siglo XXI son que se vivirá cada vez más tiempo, en mejor estado de salud a cualquier edad, que se pospondrá la dependencia a edades más tardías y que se trabajará más años, pero menos horas al año.

La expectativa de vida está creciendo linealmente y no existe ya ese límite de edad amenazante. En 1840 en Suecia las mujeres tenían la expectativa de vida más amplia: 46 años. Desde entonces, una serie de países han alcanzado un récord de expectativa de vida, como Nueva Zelanda, por ejemplo. Actualmente es Japón el que lo ostenta: con 87 años para las mujeres. O sea que en 75 años nuestra esperanza de vida ha pasado de 45 a 85 años, prácticamente, y este crecimiento ha sido lineal. Es el crecimiento regular más llamativo que se ha producido en la evolución humana con el tiempo. Son 2 años y medio por década, más o menos, que vamos aumentando; 3 meses por año; 6 horas por día, desde 1840. ¡Todos nosotros estamos ganando 6 horas de vida por día! No está mal, ¿verdad?", comentó Vaupel. 

"La revolución de la expectativa de vida empezó en los países escandinavos, Inglaterra y Nueva Zelanda. Luego en otras partes de Europa. Ahora casi todos los países están siguiendo esta misma evolución, aunque vayan 2 o 3 años por detrás. La expectativa de vida está creciendo. Hay una gran excepción, Estados Unidos, que se está estancando, lo que es importante de tener en cuenta, y también Dinamarca. ¿Cuánto van a vivir nuestros hijos? La expectativa de vida está creciendo 6 horas al día en el año natural, pero un niño que nazca ahora se va a ir beneficiando también de este progreso y está ganando 8 horas al día. Así que un niño que nazca un año después tiene una expectativa de vida de 4 meses más que si lo hace el año anterior. Si extrapolamos los datos del pasado al futuro: en el caso de Alemania, de la que contamos con datos, de los niños que han nacido en el 2000, la mitad de ellos pueden esperar vivir 100 años, si sigue la tendencia que se ha mantenido en los últimos 75 años. Y los niños que hayan nacido en 2005, 1001 años; en 2010, 103 años. No tenemos estadísticas oficiales para 2015, pero posiblemente se añadan 2 años más, 107 años", concluyó Vaupel. 

Factores demográficos del envejecimiento poblacional 

La profesora Graziella Caselli, de la Universidad del Conocimiento, de Roma (Italia) presentó la ponencia "Diferencias de género en mortalidad y salud", en la que resaltó las importantes modificaciones que ha habido de la longevidad entre los géneros, y, sobre todo, la rápida disminución de la brecha entre hombres y mujeres, clara en Europa e incipiente en otros países. 

"Considerando la tendencia de mortandad por causas de muerte, la brecha de género se ha basado a menudo en una historia vital que penalizaba a los hombres (durante la I y II Guerra Mundial) por la adopción de estilos de vida peligrosos como el tabaquismo. Al mismo tiempo, las mujeres, que fueron marginadas del mundo laboral y protegidas por una cultura tradicional, estuvieron protegidas de los estilos de vida más perjudiciales, pero también se beneficiaron de una mayor preocupación por la adopción de medidas preventivas, de manera que han sido capaces de conquistar más años de vida, incrementando gradualmente esta distancia con respecto a los hombres hasta los años ochenta". 

"Pero en los últimos años, en los países del sur de Europa, la reducción en la brecha de sexo se ha debido al hecho de que los varones han ido reduciendo algunos de los riesgos de enfermedad y de mortalidad que eran típicamente masculinos. Así, por ejemplo, la reducción del tabaquismo y un mayor cuidado de su cuerpo les ha conducido, directa o indirectamente, a seguir el camino de la prevención y a que les fueran detectadas por adelantado algunas enfermedades que de otra manera hubieran sido letales. En otros países, como por ejemplo Estados Unidos, la reducción de la brecha de género se explica por un empeoramiento de la supervivencia femenina debido a los nuevos estilos de vida de las mujeres, que se han ido pareciendo cada vez más, negativamente hablando, a los de los varones. Y, muy a menudo, estas dos causas han actuado al mismo tiempo", continuó Caselli. 

Así que aunque los hombres están alcanzando a las mujeres, todos los indicadores coinciden en señalar un futuro de supervivencia cada vez más favorable para ambos sexos. "Sea cuestión de la esperanza de vida media o de la calidad de la supervivencia, todo parece indicar un mayor progreso futuro que también debería beneficiar a las personas mayores de edades extremas, aunque con algunas sombras para las mujeres de más edad en algunos países. En particular, en periodos de crisis económica, como se evidencia en Italia actualmente. La paradoja de una supervivencia mayor de las mujeres mayores, pero en peores condiciones de salud, se mantiene en todas las edades de la vida y aumenta por la diferencia de supervivencia después de los ochenta años. Esto es particularmente cierto en las edades en las que la mujer vive sola o como viuda". 

"De seguir esta tendencia, el escenario para un futuro próximo parece bastante favorable en términos de riesgos de muerte y de discapacidad, y se prevé un claro progreso. Pero este progreso, combinado con el presumible incremento de la población anciana o muy anciana, implicará un notable incremento en el número de personas dependientes.

Por lo tanto, incluso según las conjeturas más optimistas - que dan por descontado la adopción de exitosas medidas que serán evidentemente costosas- el incremento de la prevalencia de la dependencia moderada y severa no podrá asumirse debido al incremento de la demanda de cuidados y ayuda para estas personas mayores, que necesitarán ayuda a largo plazo en el futuro". 

"Es por esta razón que las predicciones presentan un alarmante cuadro para los presupuestos sanitarios. El impacto en el gasto público en muchos países podría volverse insostenible. Habría que añadir que en muchos países, incluido Italia, el cuidado de las personas dependientes se deja en manos de las familias o, en otras palabras, de las mujeres adultas o jubiladas. Y así, por una parte, el incremento del gasto público podría agravar los desequilibrios macroeconómicos y, por otra, la incapacidad del sector público en adoptar medidas para combatir los crecientes problemas del envejecimiento, podría influir a nivel microeconómico, al comprometer irremediablemente la estabilidad económica y social de muchas familias y, particularmente, de muchas mujeres mayores", concluyó Caselli. 

Impacto socio-demográfico en España y países de su entorno socio-cultural

El Dr. Jean Marie Robine, del Instituto Nacional de Salud y de Investigación Médica, de París (Francia), en su presentación "Esperanza de vida sin discapacidad" comentó que desde 1930-1940 la gente vive más, no debido precisamente a una disminución de la tasa de mortalidad, sino porque está en mejor forma, se alimenta mejor y sobrevive más tiempo. "Si se comparan las cifras de 2007 con las de hace un siglo, en 1907 hubo menos de un 2% de mujeres francesas que llegaran a la edad de 90 años o que murieran por encima de esta edad, mientras que, en 2007, casi un 40% iban a llegar a esa edad y morirían después de ella. En cuanto a los centenarios, después de la II Guerra Mundial nadie llegaba a los 100 años de edad, pero luego ha habido un aumento exponencial: el número de centenarios se duplica cada 10 años, por lo menos en Francia, no se sabe si ocurre lo mismo a nivel mundial. En Reino Unido, también se está doblando esta cifra, en 2010 había 12 000 centenarios y la previsión es de 378 000 centenarios en 2060 y, entre ellos, 5600 que van a tener 110 años o más. Todo apunta a que va a suceder esto, pues el aumento se está manteniendo constante".

Pero ¿este aumento en la esperanza de vida indica un aumento de la vida sin discapacidad? En los años ochenta todos los expertos afirmaban que aunque se había logrado disminuir mucho la mortalidad infantil no se podía cambiar el límite de la mortalidad de los adultos, que iban a fallecer en el entorno de los 70-75 años como media, pero se ha visto que con un buen comportamiento del cuidado de la salud, dejando de fumar, haciendo ejercicio, con una dieta equilibrada se puede posponer la aparición de enfermedades crónicas, los eventos que van a discapacitar... y, aunque siempre haya un límite de la esperanza de vida, se va a posponer la morbilidad.

"La esperanza de vida sin discapacidad está aumentando en Estados Unidos, pero no en Europa, y no sabemos por qué. España ilustra perfectamente el esquema europeo: se está ganado esperanza de vida, pero con alguna discapacidad. Cuando estás llegando a los 90 años, claramente vas a encontrar discapacidad en esa etapa de tu vida, pero no muy grave. En Francia, Italia y España la esperanza de vida es mayor que en el resto de los países europeos, pero si nos fijamos en si está libre de discapacidades, aquí los líderes son Suecia, Noruega y Dinamarca. En España la proporción de vida sin discapacidades está estancada e incluso aumentando un poco. Esta es una pregunta importante: ¿Qué es mejor, vivir más años o vivir muchos años con buena salud que te permita ser independiente? El objetivo europeo a este respecto es aumentar entre 2000 y 2020, 2 años sin discapacidad", pronosticó Robine.

En su ponencia "El coste de los cuidados de larga duración", Raphael Wittenberg, de la Escuela de Economía de Londres (Reino Unido), llegó a las siguientes conclusiones: "Los cuidados de larga duración entrañan considerables riesgos para los individuos y las sociedades. El gasto público dedicado a la dependencia tendrá que incrementarse para poder responder a la demanda creciente, pero no se sabe muy bien cuánto. Los países tienen que considerar cuál es la mejor manera de sobrellevar estos riesgos e incertidumbres. Y los diferentes acercamientos al tema implican diferencias en cuestiones de igualdad y eficacia".

Por la tarde se celebró la mesa redonda "Longevidad, salud y dependencia en España", moderada por la Dra. Rosa Gómez Redondo, de UNED-IMIENS, en la que participaron, entre otros, la Dra. María Ángeles Durán Heras, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, que habló de la economía de la longevidad o del envejecimiento. "Habría que matizar el concepto de economía, pues esta no es solo la economía que está monetarizada, sino que en este caso incluye los servicios que presta el Estado y que aunque a una persona le resulten gratuitos, al Estado le cuestan dinero. El subsistema monetarizado solo es una parte de la economía real, el otro son los recursos, que no están monetarizodos. Y en el caso del cuidado de las personas mayores, este primero es mucho mayor que el segundo, y ambos sistemas están interconectados recíprocamente". 

Durán Heras se mostró muy crítica ante el trato que reciben las personas mayores de la sociedad española: "Las personas mayores producen, consumen, gestionan, redistribuyen y acumulan. A partir de los 65-70 años, las personas mayores están expulsadas del mercado de trabajo, en un paro sine die, con el pretexto de concederles "caritativamente" unas pensiones que fueron ellas mismas quienes las generaron acumulando y pagando a lo largo de toda su vida. De ahí a decir que estas personas no producen y que solo son consumidoras hay un abismo".

En España y en Europa se está produciendo una inmensa cantidad de servicios no remunerados que si se transfirieran al mercado serían tan costosos que el mercado no los podría sufragar. A partir de los 65 años las aseguradoras privadas no admiten nuevas altas y envían a estas personas al sistema público, que a su vez los manda al sistema familiar. "Las personas mayores han sido presionadas en muchos casos para ser las que mayoritariamente se ocupen de los cuidados familiares, con jornadas superiores a las que cualquier convenio colectivo o sindical aceptaría para cuidar en el mercado de trabajo. Las jornadas de trabajo de un cuidador de un gran minusválido son de 24 horas, 365 días al año. La jornada de un cuidador remunerado es de 8 horas, con derecho al descanso, seguridad social y vacaciones. En Madrid no se encuentra un cuidador por menos de 10 euros la hora siempre que puedan trabajar 3-4 horas seguidas, y que no sea en navidad, vacaciones, por la noche, ni cuando alcanza especiales niveles de peligrosidad u hostilidad la persona a la que cuidan", alertó Durán.

"Como el mercado y el Estado no lo asumen, se buscan grupos sociales frágiles, fundamentalmente mujeres, quienes por una coacción moral y en muchos otros casos, por supuesto, con mucho cariño, porque no hay otra solución y sienten que es su obligación. Pero ¿quién tiene obligación de cuidar a quién y a cambio de qué, por qué y hasta qué límite? Pues hasta el límite de que quienes ahora están de cuidadores están condenados a la pobreza a largo plazo, porque no hay seguridad social para los cuidadores en los hogares.

Los mayores consumen bienes y dan estabilidad al mercado y contribuyen a la redistribución dentro del hogar. Durante la crisis económica se han mantenido sus pensiones y estas han sido el elemento de estabilidad más fuerte que se ha tenido para combatir el paro. También han contribuido a "adornar" las cifras de la contabilidad nacional, porque como el 90% de los mayores es propietario de su vivienda, los supuestos gastos en alquiler, que sí se computan en otros países, no se están imputando en nuestro PIB".

Resumiendo: "La tendencia general es que va a haber más personas mayores, pero ¿en qué proporción van a hacerse cargo de ellas los hogares, el Estado, el voluntariado y el mercado? Esa es la gran pregunta: ¿Cómo vamos a redistribuir la carga y la riqueza del cuidado en el futuro? Hay que renovar las cuentas nacionales incluyendo los hogares, porque una pequeña modificación del cuidado que rechace el sistema público significará que este pueda duplicarse o triplicarse en los hogares".

Antonio Argüeso, subdirector general de Estadísticas Sociodemográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE), que abordó el tema "¿Qué información contiene las estadísticas sociales y demográficas del INE?" señaló que las cifras de población se publican dos veces al año, en junio y en diciembre. La población total en 2002 fue de unos 41 millones y en 2015, de 46,5 millones. En ese mismo periodo, la población de 65 a 84 años ha pasado de 6,3 a 7,3 millones; de 85 a 99 años, de 700 000 a 1,3 millones, y de 100 y más años, de 4000 a más de 15 000. 

Las proyecciones de población, que no son predicciones y que simulan qué ocurriría de mantenerse las tendencias actuales, se publican cada dos años, en octubre. Según estas, la de 100 y más años entre 2014 y 2064, arrojaría un incremento de unos 5000 varones y 10 000 mujeres hasta superar los 100 000 varones y los 250 000 mujeres en ese mismo periodo. La encuesta anual de hogares, que se publica en abril, indicó para 2014 que el tamaño medio del hogar continúa descendiendo y que se sitúa en 2,51 personas. También, que sigue creciendo el número de personas que viven solas, algo más de 4,5 millones (un 24,8% del total de hogares). Además, hay encuestas, nacionales y europeas, de salud, cada 6 años, y de discapacidad, cada 8 años aproximadamente. 

Balbino Pardavila, delImserso, también dio datos estadísticos en su presentación "Longevidad y Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD)". Según la estadística del Padrón Continuo, de 2014, la población total de ambos sexos, de 90 a 94 años, era de 333.139 (236 348 mujeres), de 95 a 99 años, 75 358 (58 345 mujeres) y de 100 y más años, 13 165 (10 428 mujeres). El total de personas con derecho a la dependencia en septiembre de 2015 fue de 1 182 441 (grado I: 395 544; grado II: 441 128 y grado III: 345 769. Y con derecho, por edades avanzadas y grados de dependencia respectivamente (de 90 a 99 años): 203 873 (55 819, 77 216 y 70 838) y 100 y más años: 9718 (1390, 3181 y 5147). Y, por último, el perfil de la persona beneficiaria con prestación a 30 septiembre 2015: un total de 765 053 (493 568 mujeres), 54,26% de 80 y más años (63,72% mujeres). De 90 y más: 143 670 (90-99 años) y 8009 (100 y más). 

Tendencias recientes en la esperanza de vida saludable y sin discapacidad 

La Dra. Herminia Peraita Adrados, de laUNED, abordó tres preguntas candentes:

¿Es posible envejecer sin problemas mentales ni cognitivos?

"El envejecimiento cognitivo es difícil de definir, complicado de medir e imposible de predecir. Los procesos mentales no están claramente localizados en estructuras cerebrales concretas. Los procesos cognitivos varían de una persona a otra y dentro de la misma persona de un día para otro. Las pruebas utilizadas para medir los aspectos cognitivos están influenciadas por factores que afectan al envejecimiento en sí mismo, como, por ejemplo, la educación, el contexto cultural o la enfermedad aguda. El envejecimiento cognitivo supone cambios normales y fisiológicos en determinados procesos cognitivos, básicamente en la atención y la memoria, así como en la velocidad de procesamiento. Pueden darse otros procesos en la función ejecutiva, el lenguaje (fluidez léxica) y la percepción visuo-espacial sin que ninguno de ellos altere la funcionalidad en la vida diaria. Hay enormes diferencias interindividuales e incluso en una misma persona de un día para otro. Hay factores que afectan a su evaluación: el nivel educativo, el contexto cultural, la enfermedades, la edad, el estrés, etc.", señaló Peraita. 

¿Qué pasa cuando hay envejecimiento con deterioro cognitivo?

"Primera cuestión: ¿El declinar cognitivo está siempre ligado a la edad? Hay deterioro sutil en algunas de las áreas cerebrales que implica una mayor dificultad para realizar las actividades de la vida diaria, sin impedirlas totalmente. Una pérdida de funcionalidad cognitiva que podría indicar una etapa preclínica o presintomática de la enfermedad de Alzheimer, pero no siempre. ¡Hay una mínima preocupación social por estos síntomas! por lo que surge la importancia de valorar el nuevo concepto de deterioro cognitivo subjetivo".

¿Y cuando hay deterioro cognitivo leve previo a enfermedades neurodegenerativas, o envejecimiento patológico?

"En este caso existen ciertos factores de riesgo: genéticos y no genéticos (antecedentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión, obesidad, bajo nivel educativo...). Entre las actividades para promover un envejecimiento cognitivo sin deterioro están la actividad física regular, la actividad social satisfactoria, una nutrición adecuada, el control del estrés, del colesterol y de los factores de riesgo cardiovascular, sueño adecuado y el manejo holístico de las personas mayores para promover un envejecimiento cognitivo sano. Las cifras de prevalencia del deterioro de memoria asociado a la edad, indican un gran número de las personas de más de 50 años, el 35% de las personas mayores de 65 años y del 39% (de 50?59 años) al 85% (de más de 80 años)". 

En un estudio publicado en la prestigiosa revista británica The Lancet, en abril de 2015, titulado "Envejecimiento cognitivo", se señalaba que este no es una enfermedad, sino una parte natural del crecimiento y del envejecimiento de una persona, que se inicia en el útero materno y que continua hasta la muerte. Por cognición se entiende memoria, atención, y procesamiento, e incluye conocimiento, aprendizaje y comprensión. Aunque los cambios en la memoria y en la toma de decisiones pueden ser alarmantes para los pacientes y sus familias, los adultos mayores aseguran tener mayores grados de felicidad que las personas más jóvenes, y además se sabe que se puede seguir aprendiendo a una edad muy avanzada.

El estudio describe actividades para contribuir a la salud cognitiva que son indivisibles de otros indicadores del bienestar, como son mantenerse física y socialmente activos, controlar los factores de riesgo cardiovascular, dormir suficientemente­ y pedir a los profesionales sanitarios que ayuden a los pacientes a adoptar estos pasos y a manejar otros factores de riesgo del declive cognitivo como la medicación y la demencia. 

Y finalizaba: "El cuidado de la población que envejece es uno de los retos más ambiciosos a los que se enfrentan los planes de salud y del cuidado de las personas y los profesionales de hoy. Pero también uno de los más interesantes: la comprensión del envejecimiento es una frontera para la ciencia y para la salud". 

Texto: Eva Frutos, redactora jefa de la revista Plus es más

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