El gran espectáculo de los tulipanes se prepara en otoño

El gran espectáculo de los tulipanes se prepara en otoño

Hubo un tiempo en que los bulbos de tulipán, aparentemente tan vulgares como una cebolla de cocina, cotizaron en bolsa… Plantados a finales del otoño, estos bulbos garantizan una primavera radiante de color.

Ocurrió en los Países Bajos a principios del siglo XVII y ni economistas ni sociólogos han encontrado todavía una razón que explique aquella fiebre colectiva llamada tulipomanía que hizo perder la cabeza a los puritanos comerciantes de las Provincias Unidas. Por un solo bulbo de la variedad Semper Augustus se llegó a pagar 5200 guilders. Su equivalente actual serían unos 50 000 euros... Hoy en día, el tulipán es la flor nacional de Holanda, Turquía e Irán.

Cómo elegir los tulipanes

El tulipán es una liliácea originaria de las montañas Celestes del Tíbet. Llegó a Europa a través de Turquía, donde, en tiempos de Solimán el Magnífico, sus flores inundaban los jardines secretos de Topkapi.

En la actualidad se conocen 100 especies botánicas y unas 500 variedades de híbridos. Las especies llamadas tempranas, las primeras en florecer, coinciden con el inicio de la primavera y son las más adecuadas para el cultivo en interior. De flor sencilla o doble, miden entre 20 y 35 cm de altura. Los tulipanes más llamativos florecen a lo largo de abril. Son el grupo Triumph y los híbridos Darwin. Miden entre 50 y 70 cm y resisten bien los cambios climáticos propios de esta época. Los tardíos: flor de lis, flor de peonía, aflecados y papagayos, aparecen en mayo. Son algo más delicados y su altura oscila entre los 50 y 75 cm. Otras especies tardías muy valoradas son las de viridiflora y Rembrandt, descendientes de aquellas variedades por las que se pagaron cifras fabulosas. El tulipán negro sigue siendo una quimera, lo más aproximado son las variedades color púrpura como la «Queen of Night», «Black Parrot», «Negrita» o «Black Beauty». Por último, las especies botánicas de origen mediterráneo: acuminata, bakeri, clusiana, humilis, orphanidea, planifolia, praecox y sylvestris son las mejores para climas cálidos y secos porque resisten las altas temperaturas y son poco sensibles a las enfermedades. A este grupo pertenecen también los kaufmaniana, que no miden más de 20 centímetros, y son los más recomendables para macetas y rocallas. Se les llama también tulipanes nenúfar porque sus flores, que aparecen muy a principios de primavera, se abren completamente y quedan aplanadas.

Los tulipanes o tulipas son plantas bulbosas perennes de la familia de las liliáceas, género tulipa. Agrupa aproximadamente 150 especies naturales con innumerables cantidades de híbridos, razas y variedades, conseguidas a través de cruces que los floricultores llevan realizando desde que en el siglo XVI llegaron a Holanda.

Secretos de cultivo de tulipanes

La piel de los bulbos debe estar firme, tersa al tacto y no presentar signos de podredumbre.

  • Conservación: Como los bulbos resisten el frío, no es necesario desenterrarlos, a no ser que se quieran sustituir por otro tipo de planta. Los que pertenecen a especies silvestres se naturalizan con facilidad, florecen durante varias temporadas y ellos solos se multiplican. Los híbridos son más delicados, pueden florecer dos o tres temporadas seguidas pero van perdiendo vigor y la calidad de floración nunca es la misma, por eso se recomienda renovarlos cada año o al menos mezclarlos con bulbos nuevos. En caso de desenterrarlos, se recomienda fumigar los bulbos con un producto desinfectante, envolverlos en papel de periódico o distribuirlos en un cajón con arena y guardarlos en un lugar oscuro y seco hasta la próxima temporada.
  • Tierra: Imprescindible que sea permeable. El exceso de humedad provoca enfermedades y termina pudriendo los bulbos.
  • Orientación: Un lugar soleado, resguardado del viento.
  • Temperatura: Las bajas temperaturas no los afectan; necesitan el frío para germinar.
  • Época de plantación: En el sur de Europa la mejor es noviembre. Se puede hacer de forma escalonada para prolongar el período de floración.
  • Profundidad: Los bulbos se colocan a unos 12 ó 15 cm de profundidad según su tamaño, separados entre sí otros 10 cm si se plantan en el suelo. En maceta basta con que no se rocen.
  • Riego: La tierra debe mantenerse ligeramente húmeda hasta que empiecen a brotar. Luego, se aumenta la frecuencia de riego conforme suba la temperatura.
  • Cuidados: Se cortan cuanto antes las flores marchitas y, una vez que termina la floración, hay que seguir regando las hojas hasta que se sequen porque el bulbo necesita el agua para reponer nutrientes.

Un consejo: No plantes tulipanes donde haya habido narcisos. La floración será muy pobre.

Texto y fotos: Pilar Gómez-Centurión

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