¿Cómo seducir? Claves para hombres y mujeres

¿Cómo seducir? Claves para hombres y mujeres

Energía misteriosa que envuelve e impulsa hacia la conquista, hacia el encuentro con alguien. Es la chispa que enciende el deseo y la pasión.

Atraer a alguien es una cosa y otra diferente es mantener una larga relación. Gracias a la seducción se abre una puerta a relaciones más estables y, para mantenerlas en el tiempo, es necesario tener activas nuestras cualidades seductoras. Cualquier hombre o mujer puede ser un gran seductor a lo largo de toda la vida. La seducción no tiene edad.

En primer lugar, hace falta estar bien con uno mismo. No conozco ningún seductor que tenga complejos. Si conseguimos estar a gusto dentro de nuestra piel, tendremos ánimos para arreglarnos, cuidarnos, darnos las atenciones necesarias para estar visiblemente agradables, buscar atractivos en la vida y sentirnos contentos. Estaremos dispuestos a amar y ser amados. Abiertos a la vida y sus posibilidades. Seremos activos, creativos y, sobre todo, susceptibles de seducir y ser seducidos.

Clara con sus 60 años decidió salir de una vida gris y solitaria. Se miró en el espejo y comprendió que con aquellas ropas anticuadas y aquel aspecto de caniche sin peinar, no podía ir a ningún lado. Decidió hacer un cambio de imagen y renovar su armario. El resultado fue un cambio en sí misma. Se mostró atractiva ante los demás y no pasó desapercibida para sus amigos. De pronto, cobró luz y hubo alguien que la supo admirar.

Otra clave fundamental de la seducción es ser sensual. Invitar al deseo. La sensualidad es incompatible con el sentimiento de inferioridad. Es atractivo para los hombres lo sinuoso, lo suave, lo enigmático. Les embarga lo que sugiere un escote. Les gusta más lo que imaginan que lo que ven, lo que fantasean que lo que hacen realmente.

Participé hace unos años en una cena en la que se celebraba un acontecimiento deportivo. Acudieron deportistas con cuerpos esculturales y juventud a raudales. Estaban asediados por montones de chicas jóvenes y hermosas que luchaban por llamar la atención. Una amiga mía que en aquel entonces tenía 42 años me dijo: «voy a ligar con ese chico». Comenzó un juego de miradas. De sonrisas cómplices. Se levantó para ir al baño y caminó lenta y suavemente mirándole de reojo. Se quitó la chaqueta que escondía un top de encaje, que apenas se transparentaba, pero dejaba intuir un buen talle. Observé cómo en aquel chico explotó la magia. La siguió con la mirada, casi con la boca abierta; dejó de interesarse por las jovencitas que había a su alrededor.

A las mujeres les gusta cierto grado de atrevimiento. Hay un refrán que dice: «Galán atrevido, de las damas el más preferido».

Lo sensual en un hombre es más una actitud equilibrada entre acercarse y alejarse, de mirar con ligero atrevimiento, tomar la iniciativa. Es mostrar interés pero sin abrumar. A las mujeres nos seduce haber seducido.

Le pregunté a un amigo mío cómo conseguía ligar. Me contestó que cuando miraba a una mujer lo hacía con respeto y admiración. Decía: «La observo como si fuera una diosa». Con la mirada conseguía llamar su atención. Saber mirar con calidez y respeto es muy importante. Fijarse y mirar abre puertas.

Dedicación, atención y admiración: saber dar exactamente lo que el otro necesita. Esta importantísima cualidad se obtiene de la observación y la sensibilidad. Un seductor dedica tiempo para la mujer. Ha de inventar con creatividad encuentros y escapadas para huir de la rutina. Hará que los momentos de estar juntos sean ideales. La hará sentir especial; los regalos serán sencillos, significarán: «Me acordé de ti». Una seductora tiene que valorar y hacer que él se sienta útil. Al hombre le vuelve loco sentirse admirado y «sospechar» que es deseado, la incertidumbre les deja colgados.

Pedro enviudó hace 15 años. Poco a poco se rehizo de la pérdida y fue encontrando recursos para salir de casa y relacionarse con otras mujeres. Es un hombre tierno, generoso, muy activo y nunca creyó que fuera a enamorarse de nuevo. La persona que le conquistó fue una mujer mayor que él, pero que supo, por encima de otras cosas, valorar sus cualidades.

Saber escuchar implica respeto. No interrumpir, no convencer de que nuestro punto de vista es el mejor, no criticar, en definitiva, tener el detalle de atender.

Alicia está siempre activa, enérgica a pesar de tener más de 60 años. Posee una interminable lista de amistades. Todos quieren tener en ella a una amiga. Algunos hombres desearían tener algo más. Alicia tiene una máxima que cumple firmemente: «no interrumpir ni criticar jamás cuando alguien me habla». Busca lo positivo de lo que se dice y, solo si le preguntan, señala discretamente lo que le parece un error.

Tener sentido del humor. Para desarrollar esta capacidad es imprescindible interpretar el lado amable, divertido y positivo de la vida. ¿Conocen a algún seductor que solo hable de penas? Lo dudo.

Isabel está casada hace 45 años con un hombre que contagia su optimismo. Lo que más le gusta de su marido es que le hace reír. Busca las anécdotas de la vida, su lado jocoso y divertido; lo más simple sabe convertirlo en un chiste. Se está muy a gusto con él.

Ser empático implica poder sentir igual que el otro. Esta es una cualidad que fascina a las mujeres. El hombre que entiende el mundo emocional femenino se solidariza, acepta los sentimientos y no los descalifica, y tiene en su mano la llave maestra que abre el corazón de una mujer.

Dar al otro un lugar de prioridad. Tanto hombres como mujeres desean sentirse exclusivos. No hay nada más desagradable que escuchar aventuras amatorias con otras parejas. No hay nada peor que mirar o fijarse en otros delante de una posible conquista. Recuerden: LAS OTRAS MUJERES NO EXISTEN. LOS OTROS HOMBRES, TAMPOCO.

Luisa dice: «No hay nadie para mis ojos». Esta idea le hace sentir «seguro» a Juan, su esposo. Por su parte, él dice lo mismo. Hacer ver que el otro es exclusivo es un buen regalo.

Seducir, al igual que enamorarse, vivir, crecer, etc. es una acción llena de vida y riesgo. Las relaciones humanas, desde las laborales a las amorosas, pasando por las familiares y sociales; desde la publicidad a la política, ¡TODO ESTÁ ENVUELTO EN SEDUCCIÓN! Ya que no podemos evitar, ni zafarnos de esta energía envolvente y omnipresente, disfrutemos de estas sensaciones de la vida.

Victoria Artiach. Psicóloga y psicoterapeuta.

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Comentarios (4)

luis
19 marzo 2015 19:49
mi gusta mi cuñada, mi hermano falto hace tiempo y no se como decirselo por respeto a mi sobrina que tiene ahora un hijo, mi sobrino que es mi ahijado no dice nada pero mi sobrina prefiere que vaya con otros,que hay que hacer gracias de antemano
Jose Manuel
19 marzo 2015 10:02
quiero qpuntarme pero no puedo
Miguel
17 marzo 2015 21:32
interesante articulo. (me sirve)
Jesus
17 marzo 2015 19:53
Hola, este artículo me ha parecido interesante para leer

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