¡Hola, televisión!
Yo le saco a la televisión casi 6 años, así que me crié sin ella como muchos otros niños, cosa que le cuento a los jóvenes de hoy en día y parece que les hablase de Marte o más allá.
1956 es el año de la "llegada" de la televisión. La llegada, pero a las tiendas, tuvieron que pasar unos años más para que pudiéramos tener una en casa, los precios eran prohibitivos y sólo tenían el aparato los que tenían suficiente dinero que eran los menos. A los demás sólo nos quedaba acercarnos a los escaparates de las tiendas a mirar, hacernos amigos de los vecinos con televisión o ir al bar.
Realmente fueron los años 60 los que hicieron que bajasen los precios y empezáramos a verlas en las casas. Sólo había dos canales, y en mi casa el UHF, antecedente de lo que hoy es La 2 no se veía más que detrás de una espesísima neblina. La programación no duraba todo el día, empezaba al mediodía y se interrumpía sobre las cuatro de la tarde (menos los sábados), hasta que a las ocho u ocho y media comenzaba la programación de noche.
No había muchos programas así que no es difícil acordarse de Perry Mason, el abogado que siempre defendía inocentes y descubría culpables, o el valiente Rin tin tin y su amigo Rusty que se enfrentaban a quien hiciera falta en el lejano Oeste. Además entre otras cosas asistimos al nacimiento de una de las niñas prodigio más queridas, Marisol, a la que vimos crecer en el cine pero también en la televisión.
[José Molina]
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