Cirugía valvular

La cirugía valvular es la técnica empleada para tratar la afecciones de la válvulas cardiacas: la estenosis valvular (estrechamiento o cierre de la válvula) y la insuficiencia valvular, también llamada regurgitación (cierre inadecuado de la válvula).

 

¿Qué es?

La cirugía valvular es la técnica empleada para tratar la afecciones de la válvulas cardiacas: la estenosis valvular (estrechamiento o cierre de la válvula) y la insuficiencia valvular, también llamada regurgitación (cierre inadecuado de la válvula). El corazón (la bomba del cuerpo humano) cuenta con cuatro válvulas  -aórtica, mitral, tricúspide y pulmonarcuya función es controlar la dirección del flujo sanguíneo a través de este órgano. Los movimientos de apertura y cierre de las distintas válvulas producen el ruido de los latidos cardiacos. La gran mayoría de las intervenciones de cirugía valvular tienen como fin reparar o sustituir las válvulas mitral o aórtica. Ambas se encuentran en el lado izquierdo del corazón, la parte que realiza el mayor esfuerzo, pues controlan el flujo de la sangre rica en oxígeno, procedente de los pulmones, enviándola al resto del organismo.

¿Cómo es la intervención?

La cirugía valvular es una cirugía a corazón abierto, es decir, se tienen que abrir las cavidades o vasos del corazón para acceder a dichas válvulas. Se realiza bajo anestesia general, a través de una incisión en el esternón. Durante la operación, el flujo sanguíneo se redirecciona fuera del corazón hacia la maquina corazón pulmón, que realiza las funciones de bomba y pulmón oxigenando la sangre, y permite a los cirujanos parar el corazón y trabajar dentro de él.  Es una  cirugía que dura entre 3 y 4 horas, e incluso más, según el número de válvulas que haya que reparar o sustituir. Inicialmente se tiende a intentar reparar las válvula estropeada, sobre todo la mitral, tricúspide o aortica. Si esto no es posible, se reemplaza por unas artificiales. Las valvulas artificiales pueden ser de dos tipos: biológicas (derivadas de tejidos animales como el cerdo o el pericardio bovino) y  mecánicas (fabricadas con materiales muy resistentes como el carbón pirrolite y el titanio). Existe un tercer tipo de válvulas llamada homoinjertos que son biológicas y que provienen de donantes humanos. La disponibilidad de este tipo de injertos es mucho más limitada, por lo que se utilizan en situaciones especiales. La ventaja de las válvulas biológicas es su gran biocompatibilidad y la no necesidad (en algunos casos) de usar anticoagulantes orales. Su inconveniente radica en que al ser tejidos animales terminan estropeándose con el tiempo (entre 15 y 20 años). Se utilizan más en personas por encima de los 65 años.  Las válvulas mecánicas, por su parte, son mucho más duraderas (en bancos de pruebas hasta 400 años), pero no son tan biocompatibles, por lo que es necesario tomar anticoagulantes de por vida  para evitar la formación de trombos.

¿Cómo es la recuperación?

Tras la intervención, el paciente permanecerá en la unidad de cuidados intensivos durante los primeros uno o dos días, donde el funcionamiento de su corazón será sometido a una vigilancia constante. La estancia promedio del postoperatorio es de siete a diez  días en el hospital, mientras la recuperación total de la cirugía puede suponer desde unas pocas semanas hasta los 2 meses, dependiendo de la situación del paciente antes de la operación.

Artículo facilitado por:
Clínica Universidad de Navarra

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