El Club de los 27

Los vimos aparecer en nuestras vidas casi con el mismo impacto doloroso con el que asistimos atónitos a su desaparición en trágicas circunstancias. Hablo de aquellos cantantes y músicos de las décadas de los 60 y 70 que han marcado una época y que, después de dejar una huella imborrable en la historia de la música, fallecieron casualmente a la misma edad: los 27 años, como si una misteriosa maldición hubiera truncado sus destinos.

Hablo, sí, de Brian Jones, guitarrista y fundador de los Rolling Stones; del genial e inimitable Jimi Hendrix, sin duda uno de los mejores guitarristas eléctricos que hayan existido jamás; de Janis Joplin, aquella inmensa cantante de voz profunda y poderosa que nos golpeaba el corazón cada vez que la escuchábamos; y de Jim Morrison, el grandioso líder y cantante de los Doors, cuya extraña muerte en París sigue formando parte de la mitología popular.

Hablo de todos ellos, de los miembros del llamado "Club de los 27", al que tiempo después, en 1994, se uniría Kurt Cobain, el legendario cantante y guitarrista del grupo Nirvana, que también marcó para siempre a generaciones posteriores.

De todos ellos hablo, de Brian, Jimi, Janis y Jim, a los que agradezco eternamente que formaran parte sonora de mi vida, que me descubrieran otra forma de sentir la música, como imagino que tantos y tantos jóvenes entonces, adultos de largo recorrido hoy, que fueron testigos directos de su misma generación y que, seguramente, aún siguen reservándoles un espacio VIP en su corazón.