7 claves para vivir más sano
Los alimentos influyen en la capacidad de frenar el envejecimiento.
El otro día hablando con una amiga más joven que yo, salió la expresión “más malo que la quina” y su respuesta fue “a saber qué debió de hacer la Quina esa!” Le tuve que explicar que la quina era un medicamento que nos daban como complemento alimenticio, que se suponía que abría el apetito pero que sabía horrible (Quina Laroche Vitaminado decían los anuncios que recuerdo de los años sesenta). En cambio la quina Santa Catalina era un vino dulce que sabía bien, así que a veces nos daban gato por liebre y lo mezclaban para que supiera un poco mejor. Otras veces nos hacían la puñeta y lo hacían aún más desagradable metiendo un huevo crudo como guinda al pastel ¡imbebible!
En realidad la expresión correcta sería "más malo que la tiña", pero ya se sabe que somos dados a hacer nuestras propias expresiones y los Chiripitifláuticos y su ingenio se hicieron eco y le dedicaron hasta una canción: los malos de la quina “somos malos malasombra, somos malos de verdad, somos como una espina, que sólo sabe pinchar, y más malos que la quina”.
Lo que si nos encantaba era el Calcio 20, nos lo bebíamos a morro, para eso nadie nos tenía que obligar íbamos encantados, y yo pensaba que era milagroso ese líquido pastoso, prometía que crecerías sin parar. La realidad es que yo paré en el metro sesenta, eso si ¡muy sana!
[Ana San Román]
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Parece mentira, pero hay que ver la cantidad de lágrimas que, durante estas fechas, nos hacía soltar un simple turrón. Y es que los que ideaban los anuncios de El Almendro sabían muy bien como tocarnos la fibra sensible.
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