Imprime tus fotos digitales

Imprime tus fotos digitales

Las fotos digitales ofrecen numerosas ventajas. Puedes seleccionar tus mejores fotos, modificarlas fácilmente, etc. pero, si lo que prefieres es tenerlas a mano para verlas, hay múltiples posibilidades de impresión.

En los tiempos de la fotografía tradicional, hacíamos las fotos y cuando el carrete estaba lleno lo llevábamos a una tienda especializada donde lo revelaban e imprimían las fotos. Después, íbamos de un lado a otro enseñando las fotos a familiares y amigos. Sin embargo, las fotos digitales no las solemos imprimir y algunos miembros de la familia aún las echan de menos. Sin embargo, se puede hacer de la misma manera que con las fotos tradicionales y las posibilidades son mucho mejores.

La fotografía
Las posibilidades que se ofrecían cuando aún revelábamos los carretes existen aún, pero en lugar de llevar el carrete a revelar, llevamos un CD, una tarjeta de memoria o un lápiz de memoria a la tienda de fotografía, habiendo seleccionado previamente qué fotos queremos imprimir. Algunas de estas tiendas tienen su propio laboratorio de impresión. En ese caso, puedes recoger las copias unas horas más tarde. En otras ocasiones, las envían a laboratorios centrales, que las devuelven ya impresas a la tienda unos días más tarde.

Imprimir las fotos digitales uno mismo
Si en casa tienes una impresora de chorro de tinta, en principio tú mismo puedes imprimir todas tus fotos digitales. Una impresora láser no te lo permite, o al menos no sobre papel fotográfico. Para imprimir, claro, te hace falta papel fotográfico. Para el formato clásico, la mayor parte de las veces es papel fotográfico de 10 x 15 cm, pero con una impresora de chorro de tinta tradicional, sólo puedes imprimir fotos en tamaño A-4. Algunas impresoras tienen una bandeja específica para el papel A-4 y para el formato 10 x 15 cm. Pero, sin tinta, no llegarás demasiado lejos. Si sumas todos los gastos (en la actualidad las impresoras son muy baratas, pero los cartuchos de tinta y el papel son bastante caros) puede suponer la forma más costosa de imprimir tus fotos digitales. Pero la ventaja es que las imprimes en casa cuando desees.

Si imprimes las fotos con una impresora de chorro de tinta clásica, sólo puedes hacerlo con la ayuda de tu ordenador. En función del modelo de cámara de fotos digital que tengas y de las posibilidades ofrecidas por tu ordenador, necesitarás sólo la ayuda de un cable para volcar las fotos de la cámara digital al ordenador. Otra opción es introducir directamente en el ordenador la tarjeta de memoria de la cámara de fotos.

En la actualidad existen impresoras de pequeño tamaño que imprimen las fotos sin necesidad de utilizar el ordenador. Estas impresoras tienen diferentes puertos que se adaptan a los diversos formatos de tarjetas de memoria. Conectas la cámara con la impresora y a través de una pequeña pantalla seleccionas las fotos que quieres imprimir, el formato del papel y la definición (con o sin borde blanco, varias fotos sobre una página de papel fotográfico, etc.) Algunas impresoras ofrecen la posibilidad de efectuar retoques simples, como la corrección de los ojos rojos, por ejemplo.

Encargar las fotos a través de un puesto de revelado.
En la mayoría de las grandes superficies como El Corte Inglés, Fnac, Carrerfour, etc. y en grandes estaciones, también es fácil encontrar puestos de revelado que son un ordenador con numerosos puertos de tarjetas de memoria de diferentes formatos y/o un lector de CD-ROM. Introduce en estos puestos o bien la tarjeta de memoria o bien el CD-Rom que contenga las fotos que quieres imprimir, seleccionas las que te interesan y haces tu encargo. En algunas ocasiones, la máquina te da un recibo con el que tienes que ir a pagar al mostrador. En otras ocasiones, pagas al recoger las fotos. En todos los casos, estos aparatos son de uso muy sencillo y te guían durante todo el proceso de comanda.

Lo habitual es que las fotos salgan en el momento, pero en algunos de estos puestos se pueden encargar las imágenes para el día siguiente, recogiéndolas en el mostrador de la tienda presentando el justificante de pago o el ticket impreso por la máquina.

La ventaja de este sistema es que te beneficias de la calidad y de los precios de un laboratorio de impresión. Además, puedes contar con la ayuda del personal de la tienda si el proceso no te resulta suficientemente claro. El inconveniente es que debes desplazarte a la tienda y esperar allí mientras las fotos se imprimen.

Pedir la impresión de las fotos en línea.
La tercera opción consiste en pedir las fotos desde casa. Nada más fácil que encargarlas desde tu despacho o mesa de trabajo. Para ello, necesitas un ordenador con conexión a internet. A través de tu ordenador, seleccionas las fotos que quieres enviar a imprimir y por la red internet, las envías en versión digital a un laboratorio de impresión. El laboratorio las imprime y te las envía con o sin un CD- Rom que contenga las fotos. Es el sistema más barato para imprimir, pero hay que tener en cuenta los gastos de envío.

Hay numerosas empresas que tienen este servicio en línea. Navega en internet para comparar los precios y los servicios que ofrecen. Algunos de los servicios de fotografía en línea ofrecen a sus nuevos clientes impresiones gratuitas. Aunque sea sólo por esa razón, merece la pena echar un vistazo en internet. Pero ten en cuenta que debes pagar los gastos de apertura y de envío.

Debes verificar, por ejemplo, cómo efectuar la descarga de tus fotos en el servidor, qué formatos de fichero puedes transmitir (gif, jpg, tif, bmp, etc.), cuánto tiempo tardan en llegar las fotos, cómo te van a llegar (por correo, en tu oficina de Correos, debes recogerlas en una tienda...), cuáles son las modalidades de pago, qué gastos suplementarios hay, cuáles son los formatos de impresión disponibles...

El procedimiento es prácticamente idéntico para todos, tanto si envías tus fotos descargándolas directamente sobre el servicio elegido como si has tenido que descargarte e instalar un programa para poder enviarlas. Algunas de estas programas -unos más completos que otros- te permiten retocar las fotos antes de enviarlas a imprimir. En algunos de estos servicios es necesario pagar de antemano mediante tarjeta de crédito, otros te darán un recibo con el que pagar en el banco. Finalmente, en la menor parte de los casos, pagarás a contrarreembolso o al recoger las fotos en la tienda.

El formato de las fotos
Los aparatos de fotos clásicos hacen las fotos con una relación de 2 de ancho por 3 de alto (2 :3). La mayoría de las cámaras digitales utilizan una relación de 3 de ancho por 4 de largo (3: 4). Algunos aparatos digitales ofrecen la posibilidad de elegir la relación 2 :3 o 3 :4.

De cara a la impresión de las fotografías, ten en cuenta el formato que utilizas y elige un fabricante que ofrezca impresiones con el formato que tu desees. Eso puede ser el formato estándar 3 :4 de tu cámara digital, pero puedes ser que prefieras 2 :3 porque este formato se integra mejor, por ejemplo, en tus álbumes de fotos.

En ese caso, una foto tomada en formato 3 :4 será agrandada eliminando las bandas situadas en la parte de arriba y los lados. Permanecerán las franjas de los bordes derecho e izquierdo.

La resolución de la imagen.
Actualmente, el número de píxeles (número de puntos que forman una imagen) ofrecido por los diferentes aparatos de fotos digitales no para de aumentar. Pero ¿tienes necesidad, realmente, de ese número desorbitado de píxeles? Todo depende de lo que quieras hacer con la foto.

Para una foto impresa en un formato normal, obtendrás copias de buena calidad con una resolción de 300 ppi (píxeles por pulgada). Si haces fotos a una resolución más baja, los píxeles individuales se harán visibles como pequeños bloques sobre las fotos. Una resolución más alta no aporta nada a la calidad y además hará que el documento pese más y que tarde más al enviarse por internet.

Si quieres saber qué aparato necesitas para hacer fotos con una resolución de 300 ppi, necesitas hacer un pequeño cálculo. Una pulgada equivale a 2,54 cm. 300 píxeles por 2,54 cm dan un resultado de 118 píxeles por centímetro. Para imprimir una foto de calidad en formato de 10 x 15 cm, necesitas, por tanto 10 x 118 x 15 x 188 = 2 088 600 píxeles o, lo que es lo mismo, 2 megapíxeles

Si deseas ampliar tus fotos, imprimirlas en formato póster, sobre una lona, etc., el cálculo será diferente. Si quieres mantener los 300 ppi, te hará falta un aparato profesional. Pero, en la práctica, 118 píxeles por centímetro son suficientes en este caso porque lo habitual es que no tengamos la nariz pegada a la foto. A medida que la distancia respecto a la imagen aumenta, se necesitan menos píxeles.

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