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¿Sangrado en la menopausia? Cuando preocuparse y qué hacer


Publicado por Patricia Fernández, periodista
Creado: 4 de junio de 2025 11:52 | Modificado: 4 de junio de 2025 12:34


¿Sangrado en la menopausia? Cuando preocuparse y qué hacer

La menopausia marca el final del ciclo menstrual, pero ¿qué pasa si, tiempo después, vuelves a sangrar? Muchas mujeres lo experimentan y no saben si es algo normal o una señal de alerta. Te explicamos de forma clara y cercana cuándo el sangrado es benigno, y cuándo puede ser síntoma de algo más serio.

El sangrado en la menopausia ¿es normal?

La menopausia es ese momento en la vida de una mujer en el que el cuerpo deja de ovular y desaparece la menstruación. Se diagnostica oficialmente tras 12 meses consecutivos sin regla. Sin embargo, no es raro que, pasado este periodo, algunas mujeres vuelvan a experimentar sangrados. ¿Es esto normal?

La respuesta breve es, no. Cualquier sangrado que ocurre después de la menopausia debe ser consultado con un médico. Eso no significa necesariamente que sea grave, pero sí es importante estudiarlo. En la mayoría de los casos, se trata de algo benigno, pero puede ser un signo de condiciones que deben tratarse a tiempo, como hiperplasia endometrial o incluso cáncer de útero.

Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), entre un 10% y un 15% de las mujeres postmenopáusicas experimentan algún tipo de sangrado. Aunque las causas más frecuentes suelen ser inofensivas, como el adelgazamiento del endometrio o pólipos benignos, en un pequeño porcentaje puede estar relacionado con afecciones más serias.

Lo importante es no alarmarse, pero tampoco ignorarlo.

¿Qué se considera sangrado postmenopáusico?

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Para entender bien el contexto, debemos diferenciar entre el sangrado irregular que puede producirse durante la perimenopausia -la etapa de transición que puede durar varios años antes de la última regla- y el sangrado que ocurre después de haber cumplido un año entero sin menstruación. Este último es el que se clasifica como sangrado postmenopáusico, y es el que requiere una evaluación médica.

Puede presentarse como:

  • Manchados leves (similar al flujo menstrual marrón o rosado)
  • Sangrados más abundantes
  • Flujo vaginal con sangre después de relaciones sexuales

Posibles causas del sangrado en la menopausia

1. Atrofia vaginal y endometrial

Tras la menopausia, los niveles de estrógenos disminuyen drásticamente. Esta bajada hormonal provoca el adelgazamiento de las paredes del útero y la vagina, una condición conocida como atrofia endometrial o vaginal. Es una causa muy común de sangrado leve, sobre todo durante o después de las relaciones sexuales.

2. Terapia hormonal sustitutiva (THS)

Muchas mujeres toman terapia hormonal para aliviar los síntomas de la menopausia (sofocos, insomnio, sequedad vaginal...). Algunos tipos de THS, especialmente las combinadas con estrógeno y progestágeno, pueden causar sangrados similares a los menstruales. No suele ser peligroso, pero debe ser supervisado.

3. Pólipos uterinos

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Los pólipos son crecimientos benignos del endometrio. Aunque no suelen ser malignos, pueden sangrar y causar molestias. En ocasiones, se detectan durante una ecografía o una histeroscopia.

4. Hiperplasia endometrial

Consiste en un engrosamiento anormal del endometrio, que puede causar sangrado abundante o irregular. En algunos casos, puede evolucionar hacia un cáncer de endometrio, por lo que es muy importante controlarlo a tiempo. Esta afección está más presente en mujeres con obesidad, diabetes o que han tomado estrógenos sin progestágeno.

5. Cáncer de endometrio

Aunque menos frecuente, el cáncer de útero (especialmente el de endometrio) puede presentar como primer síntoma un sangrado postmenopáusico. Según datos de la SEGO y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), entre un 5% y un 10% de los sangrados postmenopáusicos están relacionados con algún tipo de cáncer ginecológico, siendo el de endometrio el más habitual.

6. Infecciones o traumatismos vaginales

En algunos casos, la causa del sangrado puede ser una infección vaginal (como vaginitis atrófica o infecciones por hongos o bacterias), o incluso una pequeña lesión provocada por relaciones sexuales o por un examen ginecológico.

7. Otras causas del sangrado en la menopausia

  • Trastornos de coagulación
  • Efectos secundarios de medicamentos anticoagulantes
  • Causas cervicales (como pólipos del cuello uterino o lesiones precancerosas)

La regla general es clara: cualquier sangrado que ocurre después de un año sin menstruación debe ser evaluado por un especialista. No importa si es una gotita o un sangrado más intenso, siempre conviene hacerse una revisión.

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Durante la consulta, el ginecólogo puede realizar:

  • Una ecografía transvaginal para observar el grosor del endometrio.
  • Una biopsia endometrial, si se sospecha hiperplasia o cáncer.
  • Una histeroscopia, para ver el interior del útero con una pequeña cámara.

También es útil llevar un pequeño registro de los episodios de sangrado (fecha, duración, intensidad), así como cualquier otro síntoma asociado (dolor, molestias, fiebre, etc.).

¿Y si no es nada grave?

En la mayoría de los casos, el diagnóstico resulta ser algo menor: una atrofia leve, un pequeño pólipo o una reacción al tratamiento hormonal. Aun así, detectar a tiempo cualquier irregularidad nos da una gran ventaja. La buena noticia es que la mayoría de los problemas se pueden tratar fácilmente.

Si la causa es la atrofia vaginal, por ejemplo, se pueden utilizar cremas con estrógenos locales. En caso de pólipos, una pequeña cirugía ambulatoria suele ser suficiente. La clave está en no dejarlo pasar.

¿Y si tengo miedo o vergüenza de contarlo?

Es totalmente normal sentirse insegura, sobre todo porque hablar del cuerpo y sus cambios no siempre es fácil. Pero no estás sola. El 80% de las mujeres experimenta síntomas molestos durante la menopausia, y una gran parte de ellas tiene dudas sobre lo que es normal o no. Lo mejor que puedes hacer por tu salud es consultar tus síntomas sin miedo ni tabúes.

Hablar de estos temas de forma abierta con tu ginecólogo, y también con otras mujeres, puede ayudarte a vivir esta etapa de una manera más informada, tranquila y acompañada.

No se trata de alarmarse, sino de estar atentas. Y si el diagnóstico revela algo más complejo, hoy existen tratamientos eficaces y seguros. La menopausia no es el final de nada, es otra etapa más, con sus retos y también con sus aprendizajes.

Bibliografía

 

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