¿Pueden sufrir los hombres sofocos a partir de los 50 años?


Publicado por Patricia Fernández, periodista
Creado: 2 de septiembre de 2025 13:55 | Modificado: 2 de septiembre de 2025 14:07


¿Pueden sufrir los hombres sofocos a partir de los 50 años?

Los sofocos no son solo cosa de mujeres. Aunque suelen asociarse a la menopausia, muchos hombres a partir de los 50 también los padecen. Sudores repentinos, sensación de calor intenso y noches en vela pueden tener una explicación hormonal que merece atención.

La menopausia masculina existe, aunque no siempre se le llame así. Y sí, los sofocos también. No es raro que un hombre a partir de cierta edad empiece a notar que se despierta sudando por la noche, o que de repente, en plena reunión o viendo la televisión, le sube una ola de calor que lo deja descolocado. ¿Es eso normal? ¿No eran los sofocos "cosa de mujeres"?

No, no lo son. Y en este artículo te contamos por qué.

Los hombres también cambian hormonalmente

Se habla mucho de la menopausia, pero menos de su primo discreto: el hipogonadismo de inicio tardío, también conocido como "andropausia". No suena muy sexy, pero ahí está. A partir de los 40 o 50 años, muchos hombres experimentan una bajada progresiva de testosterona. Es un proceso más silencioso y gradual que en las mujeres, pero puede traer consigo síntomas muy reales. Entre ellos, los sofocos.

Según la Fundación Española de Urología, entre un 20% y un 30% de los hombres mayores de 50 años experimentan algún tipo de sofoco o sudoración excesiva sin causa aparente. Y, aunque puedan parecer una tontería al principio, afectan al sueño, al humor y a la calidad de vida. No son imaginaciones ni calores pasajeros por culpa de una copa de vino.

¿Qué es exactamente un sofoco?

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Los hombres que nunca han pasado por esto podrían pensar que los sofocos son una exageración femenina. Error. Un sofoco es una sensación súbita e intensa de calor, a menudo en la cara, cuello y pecho, que puede ir acompañada de sudoración abundante, palpitaciones, ansiedad y un enrojecimiento bastante evidente.

En mujeres, los sofocos afectan a un 75-80% durante la menopausia. En hombres, son menos frecuentes, pero cuando aparecen, suelen venir acompañados de un gran desconcierto: "¿Esto es normal?", se preguntan. Y la respuesta es sí... pero con matices.

¿Por qué ocurren los sofocos en los hombres?

Todo empieza en el cerebro, concretamente en el hipotálamo, que regula la temperatura corporal. Este centro de mando responde a los cambios hormonales, y cuando detecta que los niveles de testosterona han bajado, se vuelve un poco neurótico: reacciona ante mínimas variaciones térmicas como si el cuerpo estuviera en plena ola de calor.

Además, hay varios factores que pueden acentuar este fenómeno:

  • Tratamientos hormonales, como los que se usan en el cáncer de próstata, pueden provocar sofocos en hasta el 70% de los pacientes, según datos del National Cancer Institute.
  • El estrés y la ansiedad también pueden amplificar la respuesta del sistema nervioso.
  • Algunos medicamentos, como antidepresivos o ansiolíticos, pueden alterar la percepción térmica.
  • Incluso problemas como el hipertiroidismo, que afectan tanto a hombres como a mujeres, pueden estar detrás de estos episodios repentinos de calor.

Sofocos masculinos y menopausia femenina ¿son comparables?

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Sí y no. La sintomatología puede parecerse -calor, sudor, mal dormir- pero las causas son distintas. En las mujeres, los estrógenos caen en picado en un plazo corto. En los hombres, la testosterona baja lentamente, como quien se va de una fiesta sin hacer ruido.

Por eso los síntomas suelen aparecer de forma más progresiva. Pero cuando lo hacen, pueden ser igual de molestos. Y, como culturalmente no se habla tanto de ello, a menudo el hombre se siente desubicado, como si le pasara algo raro que no puede contar. "¿Cómo voy a decirle a mis amigos del pádel que tengo sofocos? ¡Me toman por loco!", decía con humor un paciente en consulta, según comentaba una médica de atención primaria en una entrevista para El País.

¿Cómo se diagnostica esta "menopausia masculina"?

Para saber si los sofocos tienen un origen hormonal, lo ideal es hacer una analítica completa de sangre, donde se midan los niveles de testosterona total y libre, así como otras hormonas que pueden influir, como la FSH, LH o incluso la prolactina.

En España, se estima que hasta un 12% de los hombres mayores de 50 años tienen niveles de testosterona inferiores a lo considerado normal (según datos del Instituto de Salud Carlos III). Sin embargo, muchos no están diagnosticados.

¿Hay tratamiento?

Sí, pero no es automático ni para todo el mundo. Si el médico confirma que hay un déficit real de testosterona, y si los síntomas afectan a la calidad de vida, puede valorarse una terapia hormonal sustitutiva. Esta puede administrarse en forma de gel, parches, inyecciones o comprimidos.

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Ahora bien, esta terapia no está exenta de riesgos: está contraindicada en hombres con antecedentes de cáncer de próstata o de mama, apnea del sueño no tratada o enfermedades cardiovasculares mal controladas.

En otras palabras: nada de automedicarse con suplementos de gimnasio que prometen "virilidad eterna". Primero, análisis. Luego, diagnóstico. Después, tratamiento, si procede.

¿Y si no quiero o no puedo usar hormonas?

No todo pasa por las pastillas. Existen formas naturales de aliviar o reducir los sofocos. Aquí van algunas que sí tienen respaldo científico:

  • Reducir el alcohol y la cafeína. Ambos son vasodilatadores y pueden desencadenar episodios de calor.
  • Evitar comidas picantes y muy calientes, sobre todo por la noche.
  • Hacer ejercicio con regularidad, ya que mejora el equilibrio hormonal y ayuda a controlar el estrés.
  • Dormir en ambientes frescos y usar ropa ligera.
  • Practicar técnicas de relajación, como meditación, respiración consciente o yoga.

Según un estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, los hombres que practican ejercicio físico moderado 3-4 veces por semana reportan menos episodios de sofocos, además de dormir mejor y tener mayor vitalidad general.

La importancia de hablar de ello

Hay una gran ventaja en saber que los sofocos masculinos existen y no son un mito: se puede actuar sobre ellos. El problema es que muchos hombres no lo cuentan por vergüenza, desconocimiento o porque lo atribuyen al estrés, al calor del verano o a "los años".

Hablar abiertamente con el médico de atención primaria es el primer paso. Y si los sofocos se acompañan de otros síntomas como irritabilidad, baja libido o cansancio extremo, no lo dudes: pide una analítica. No es debilidad. Es salud.

Los hombres también pueden pasar por una especie de "transición hormonal", y sí, también pueden sudar la gota gorda sin que sea culpa del calor de agosto. Se estima que al menos 1 de cada 4 hombres mayores de 50 años experimentará algún episodio de sofoco. La buena noticia es que se puede hacer mucho para aliviarlo, siempre con el acompañamiento médico adecuado.

Así que si eres hombre y últimamente sientes que estás en plena ola de calor... aunque fuera haga frío, tranquilo: no estás solo. Y no, no estás exagerando.

 

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