Museo diego rivera-anahuacalli, Ciudad de México

Este museo fue diseñado por el gran muralista Diego Rivera, el cual en 1957, poco antes de morir, legó al pueblo de México la extraordinaria colección de piezas arqueológicas y objetos de arte precolombino que fue recolectando a lo largo de su vida y que fueron motivo de inspiración en su obra.

Fue inaugurado después de la muerte del pintor, en 1964, gracias al apoyo de su amiga y mecenas Dolores Olmedo Patiño, que logró que este sueño de Rivera se hiciera realidad.
El nombre del museo, elegido por el propio pintor, significa casa de Anáhuac. En lengua náhuatl Anáhuac significa lo que está cerca o junto al agua. Al valle de México también se le conoce como valle de Anáhuac por los antiguos lagos hoy desaparecidos.

El diseño del museo imita un teocalli, que significa "casa de energía". La influencia de la cultura teotihuacana se observa en la forma del talud y del tablero, que recuerdan la imagen de Tláloc, dios de la lluvia. Asimismo se observa la influencia de las culturas maya y azteca en los arcos que dan acceso a las diferentes salas.
El museo se construyó con piedra volcánica tomada del mismo terreno. Los plafones fueron hechos por Diego Rivera con piedras traídas de Taxco y Guerrero.

Dividido en tres plantas y 23 salas de exposición, el Museo Diego Rivera constituye un asombroso recorrido por las distintas culturas mexicanas prehispánicas. También están expuestas obras de su fundador.

La última planta es una terraza-mirador desde la cual se tiene una excelente panorámica de la ciudad de México.
Diego Rivera planeó este espacio, como un sitio donde se llevarían a cabo diversas expresiones artísticas.
Actualmente cuenta con galerías para exposiciones temporales. En su plaza central se realizan representaciones teatrales y musicales, así como diversos eventos sociales. Y en la Karpa de Mente se imparten talleres infantiles de las más diversas materias: teatro, música, danza, circo...