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REMEDIOS CASEROS

El truco de la abuela para que los cereales estén crujientes


Publicado por Patricia Fernández, periodista
Creado: 25 de octubre de 2017 16:35 | Modificado: 2 de julio de 2025 08:33


El truco de la abuela para que los cereales estén crujientes

Abres la caja con ilusión, te sirves un buen cuenco, le echas la leche y en el primer mordisco notas que algo falla. El crujido ha desaparecido. Tus cereales están blandos, tristones, como si hubieran pasado por una lavadora. Y lo peor: la bolsa estaba cerrada, incluso con pinza.

¿Por qué pasa esto? Muy fácil: la humedad del ambiente se cuela en los cereales como Pedro por su casa. Incluso en envases supuestamente bien cerrados, el aire encuentra un huequito para entrar. Pero no te preocupes, porque aquí van los mejores trucos de la abuela caseros para que los cereales estén crujientes y mantenerlos como recién abiertos.

Trucos caseros para que los cereales estén crujientes

1. El truco del horno: revívelos en 5 minutos

¿Tus cereales están blandos y creías que solo servían para la basura? Espera. Hay solución, y es tan sencilla como eficaz.

Qué hacer:

  • Precalienta el horno a 150 °C (fuego medio).
  • Coloca los cereales blandos en una bandeja, bien extendidos.
  • Hornéalos durante 5 minutos.
  • Déjalos enfriar completamente antes de guardarlos.
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Este truco de la abuela es infalible: el calor elimina la humedad y devuelve el crujido perdido. Es como una segunda vida para tus cereales. Eso sí, no los metas en el tazón nada más salir del horno, o se te pegarán al paladar. Deja que enfríen del todo.

2. Usa un recipiente hermético de verdad

Sí, la bolsa de plástico dentro de la caja no es suficiente. Ni el doblez con pinza. La mejor manera de conservar los cereales crujientes es en un bote hermético, preferiblemente de vidrio o plástico grueso con buen cierre.

Cuanto menos contacto tengan con el aire, mejor. Evita recipientes con tapas flojas o de esas que parecen cerrar, pero no lo hacen del todo.

Truco de la abuela: si no tienes un bote hermético, envuelve la bolsa interior con papel de aluminio antes de cerrarla. Ayuda a aislar la humedad del ambiente.

3. Guárdalos en un lugar seco y fresco

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Parece obvio, pero muchas veces dejamos los cereales cerca de la cocina, el horno o incluso sobre la nevera. Error. El calor y la humedad del ambiente aceleran el proceso de reblandecimiento.

Guarda los cereales en una despensa o armario seco, alejado del vapor y la luz directa. Así conservarán su textura mucho más tiempo.

4. Añade una bolsita de arroz o sal

Este truco no es solo de la abuela, también lo usan muchos cocineros: pon una pequeña bolsita de tela con arroz o sal dentro del bote de cereales (sin que toque la comida, claro). Ambos ingredientes absorben la humedad y ayudan a que los cereales se mantengan crujientes.

Puedes usar una bolsita de té vacía, un pedacito de tela atado con hilo o incluso una gasa. Todo vale si está limpio y no toca los cereales directamente.

5. Abre y cierra rápido

Cada vez que abres la bolsa de cereales, entra aire y humedad. Si eres de los que se entretiene leyendo el paquete mientras desayuna, piénsalo dos veces. Lo ideal es abrir, servir y cerrar lo más rápido posible.

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Y si vives en una zona muy húmeda, considera meter los cereales en la nevera (sí, suena raro, pero funciona). Solo asegúrate de que estén bien cerrados en un recipiente hermético.

6. Cereales para más tiempo: guarda una parte y usa otra

Si compras un paquete grande, en lugar de abrirlo todo y usarlo poco a poco, divide los cereales en dos o tres recipientes herméticos. Así solo irás abriendo uno, y el resto se mantiene intacto.

Es especialmente útil para familias pequeñas o personas que comen cereales de vez en cuando. Evita que el paquete se abra durante semanas y acabe blando antes de llegar a la mitad.

7. ¿Y si los quieres crujientes sobre yogur o fruta?

Cuando los vas a usar como topping (y no con leche), hay un truco adicional: tuéstalos en una sartén durante un par de minutos a fuego muy bajo. No es lo mismo que el horno, pero sí suficiente para devolver algo de textura.

Solo muévelos constantemente para que no se quemen. Y si quieres añadir un toque dulce, puedes espolvorear una pizca de azúcar o canela.

8. ¿Y si ya no hay vuelta atrás?

Si ya no hay horno ni tiempo ni ganas... ¡no los tires! Aquí tienes ideas para aprovechar cereales blandos:

  • Rebózalos: tritúralos y úsalos como empanado crujiente para filetes o nuggets.
  • Haz barritas caseras: mézclalos con miel, frutos secos y un poco de mantequilla derretida. Moldea y deja enfriar.
  • Agrégales un extra de crujido: mezcla con frutos secos o chips de coco para compensar la textura en el bol.

Porque, como decían nuestras abuelas, "en esta casa no se tira nada".

El cereal ideal no es solo cuestión de marca ni de suerte. Con estos trucos caseros y un buen truco de la abuela, puedes conservarlos como recién abiertos, día tras día. Desde el horno hasta el bote hermético, pasando por esos pequeños gestos diarios que marcan la diferencia, ahora ya sabes cómo mantener ese crujido que tanto nos gusta.

Porque un buen desayuno no solo alimenta, también alegra. Y si el primer bocado suena a "crack", mejor que mejor.

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