Enfermedad vascular cerebral

Enfermedad vascular cerebral

El término «enfermedades vascular cerebral» o «ictus» hace referencia a cualquier trastorno de la circulación cerebral, de comienzo súbito, y que puede ser consecuencia de la interrupción del flujo sanguíneo a una parte del cerebro (isquemia cerebral) o por el contrario a la rotura de una arteria o vena cerebral (hemorragia cerebral).

¿Qué son los ictus?

Con el término "ictus" nos referimos a cualquier trastorno de la circulación cerebral, de comienzo súbito, y que puede ser consecuencia de la interrupción del flujo sanguíneo a una parte del cerebro (isquemia cerebral) o por el contrario a la rotura de una arteria o vena cerebral (hemorragia cerebral). Aproximadamente el 75 % de todos los ictus son infartos cerebrales. Sus consecuencias en el cerebro suelen ser catastróficas y los síntomas producidos muy incapacitantes.

¿Cuál es la importancia del ictus?

Los ictus representan en los países desarrollados la segunda causa de muerte (primera en la mujer) y uno de los condicionantes más importantes de incapacidad permanente tanto física como intelectual, además de ser la segunda causa de demencia. Aunque la mayoría se producen a partir de los 65 años, hasta un 15% de los casos se presentan en personas con menos de 45 años. La frecuencia del ictus no es despreciable ya que cada año se producen en España 90.000 casos nuevos (es decir, un ictus cada hora). De los supervivientes, cerca del 40% quedarán con una incapacidad moderada o grave. La dimensión social, laboral, económica y familiar de los ictus es tremenda, además de la tragedia personal que sufre el propio paciente.

¿Cuáles son las causas?

La causa fundamental del ictus por falta de riego sanguíneo o infarto cerebral es la arteriosclerosis. El depósito de grasa y engrosamiento en las arterias que llevan la sangre al cerebro, hace que se obstruyan o provoquen una trombosis. Cómo consecuencia, esa parte del cerebro queda sin oxígeno y se destruye. Otra causa importante de infarto son las embolias o coágulos procedentes del corazón, como puede suceder en la fibrilación auricular. El consumo de drogas y las enfermedades de la sangre, son más habituales en los adultos jóvenes. En la hemorragia cerebral, la causa más importante es la hipertensión arterial, y las malformaciones arteriovenosas.

¿Cuáles son factores de riesgo de los ictus?

Los factores de riesgo de los ictus son bien conocidos. Deben destacarse la Hipertensión Arterial, el tabaquismo, las enfermedades cardiacas, la diabetes, el aumento del colesterol, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, el consumo de drogas (anfetaminas, cocaína, etc), etc. El sedentarismo y la obesidad favorecen asimismo el desarrollo de ictus.

¿Cuáles son sus síntomas?

En general los síntomas más habituales del ictus son: pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo, dificultad para hablar, pérdida de sensibilidad u hormigueos en la mitad del cuerpo, pérdida súbita de visión en un ojo, dolor de cabeza muy intenso distinto del habitual, etc.  La prevención debe hacerse a cualquier edad, pero sobretodo a partir de los 45 años, a fin de identificar los factores de riesgo que se han señalado anteriormente (diabetes, hipercolesterolemia, tabaquismo, enfermedades cardiacas, etc), para que puedan ser tratados. Su control reduce drásticamente el riesgo de ictus.  Un 30% de los pacientes con infarto cerebral, pueden tener síntomas previos o de aviso de muy escasa duración (minutos u horas), llamados "Ataques Isquémicos Transitorios". Su identificación y tratamiento puede evitar el infarto cerebral.

¿Cuál es el tratamiento?

Todo ictus es una urgencia médica, y por ello, se puede afirmar que en el ictus "el tiempo es vida". Está demostrado que el tratamiento precoz de los infartos en -Unidades de Ictus-, reduce las secuelas y la mortalidad. Hoy día existen fármacos que pueden disolver los trombos o coágulos (fármacos fibrinolíticos), pero que deben ser administrados en las primeras horas y por neurólogos expertos en ictus. La urgencia en el tratamiento es esencial para proteger el cerebro.  Otros tratamientos son los antiagregantes (dificultan formación de trombos) y los anticoagulantes (impiden que la sangre se coagule). A veces puede indicarse la cirugía, extirpando la placa de ateroma o dilatando la arteria (angioplastia).  En los ictus hemorrágicos por malformaciones y aneurismas, el tratamiento ideal es la embolización con sustancias que taponan las arterias rotas.

Artículo facilitado por:
Clínica Universidad de Navarra

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