7 claves para vivir más sano
Los alimentos influyen en la capacidad de frenar el envejecimiento.
Tanto los hombres como las mujeres presentan desniveles hormonales. Deben conocer que, en algunos casos, el deseo desciende, lo cual no es sinónimo de problemas sexuales.
El descenso del deseo sexual durante tanto en hombres como en mujeres es una reacción normal que puede paliarse, gracias a los avances de la medicina. El ímpetu y el deseo son reacciones bioquímicas y las hormonas tienen mucho que ver. Sin embargo, cada uno de nosotros puede cambiar el modo de interpretar la intensidad de las relaciones, evitando comparar el desempeño sexual actual con el que se tenía con veinte años, y lo que antes era ímpetu juvenil y exceso de deseo ahora podemos transformarlo en ternura, experiencia y erotismo maduro. De este modo se establecerá un tipo nuevo de sexualidad que proporciona grandes placeres, disfrutar sin prisas y sin exigencias, desarrollando una relación más tranquila, placentera, armoniosa, incluso creativa y, sobre todo, más tierna y respetuosa. Se goza con las caricias, el juego erótico y el cariño. La sexualidad compartida y explorada con amor proporciona increíbles sensaciones.
No obstante, para algunas mujeres el sexo pierde interés a medida que se hacen mayores. Para otras, por el contrario, se liberan y revitalizan sus relaciones sexuales. Por lo tanto, no debemos culpar a la menopausia y a las carencias hormonales de la falta de deseo, ya que hay otras razones responsables de un empobrecimiento de la sexualidad, como pueden ser problemas conyugales, familiares, sociales o económicos.
Según los estudios recientes sobre la respuesta sexual y salud de personas maduras, las mujeres que se mantienen alegres, activas y que disfrutan con su pareja se sienten más vitales y definen sus relaciones como placenteras y plenas, no presentando, en general, más problemas ginecológicos que cualquier otra mujer más joven.
Victoria Artiach. Psicóloga y psicoterapeuta.
Las relaciones sexuales vividas en plenitud intensifican los vínculos de la pareja y producen mejoras físicas y psíquicas comprobadas.
Estamos en la cumbre de nuestra existencia. Podemos mirar hacia delante con los ojos llenos de experiencia y con la misma ilusión de un niño. Queda mucho por hacer, aprender y descubrir en este viaje que es la vida. Todo un mundo está ahí. ¡Adelante! No puede haber límites para un tercio de nuestra vida.
Victoria Artiach, psicóloga y psicoterapeuta nos da una serie de recomendaciones para beneficiarnos de la practica de ejercicio durante la menopausia.
Vivir con arreglo a la edad implica aceptar que no se puede ir ni tan rápido, ni hacer tantas cosas. Pero eso no significa, no hacer nada.
La calidad de la vida depende del desarrollo de una serie de tareas vitales básicas, entre las que se encuentra la necesidad de asumir los cambios derivados de la edad.
La menopausia, comúnmente conocida como “cambio de vida”, es un suceso natural en el proceso de envejecimiento de la mujer. Indica el fin del ciclo menstrual de la mujer y su capacidad para procrear.