Bocio

Con el término bocio se describe un aumento del tamaño de la glándula tiroides. El tiroides se encuentra localizado en la región cervical anterior por delante de la tráquea.

¿Qué es?

Con el término bocio se describe un aumento del tamaño de la glándula tiroides. El tiroides se encuentra localizado en la región cervical anterior por delante de la tráquea. Tiene forma de mariposa con dos lóbulos (izquierdo y derecho) unidos por una franja más estrecha o istmo. Su misión básica consiste en producir hormonas tiroideas (T4 y T3) que son absolutamente necesarias para que las reacciones metabólicas y las funciones del organismo en general se desarrollen con normalidad. El concurso de las hormonas tiroideas es, por tanto, esencial para la vida. La función del tiroides se encuentra gobernada por la secreción de tireotropina (TSH) proveniente de la glándula hipófisis, que se encuentra localizada en la base del cráneo. Cuando la producción de hormonas tiroideas desciende, la secreción de TSH aumenta para estimular al tiroides a aumentar su producción y, así, tratar de restablecer la normalidad. Cuando la concentración de hormonas tiroideas aumenta, como ocurre en el hipertiroidismo, la secreción de TSH permanece suprimida. El efecto de la TSH consiste en aumentar la captación de iodo por las células del tiroides así como su circulación y el tamaño de la glándula, por lo que las situaciones que se acompañan de aumento de TSH pueden dar lugar a bocio. Sin embargo, el crecimiento autónomo, ya sea de carácter benigno o maligno, también puede producir bocio. De acuerdo con sus características, el bocio puede ser difuso, es decir, a expensas de un aumento global y regular de la glándula, o nodular, en el que se producen aumentos focales del tamaño tiroideo dando lugar al desarrollo de nódulos. Según la producción hormonal del bocio puede clasificarse en normofuncionante (hormonas tiroideas normales), hipofuncionante (hormonas tiroideas bajas) o hiperfuncionante (hormonas tiroideas elevadas).

¿Cuáles son sus causas?

Un porcentaje muy elevado de bocios cursan sin alteraciones en las hormonas tiroideas. Muchas veces se deben a formación de quistes o a un aumento de la formación de un líquido llamado coloide que se encuentra entre las células tiroideas que se agrupan formando folículos. En otras ocasiones, se desarrollan nódulos quísticos, hemorrágicos o sólidos debidos a proliferaciones focales del tejido tiroideo. Cuando existen deficiencias enzimáticas en la síntesis de hormonas tiroideas (bocios disenzimáticos) o una falta mantenida del aporte alimentario de iodo (bocio endémico), la disminución de la función tiroidea induce un aumento de TSH que da lugar a un aumento del tamaño glandular con el fin de restablecer la función tiroidea, aspecto que no siempre se consigue. En la gran mayoría de casos de hipertiroidismo existe bocio, pues para que se produzca una producción aumentada de hormonas tiroideas es necesario que la glándula sea de mayor tamaño y posea mayor capacidad sintética. En la enfermedad de Graves-Basedow (hipertiroidismo de causa autoinmune), el bocio es clásicamente difuso. Cuando se desarrolla un cáncer de tiroides la forma más habitual de presentación es la de un nódulo de consistencia dura y crecimiento rápido.

¿Cuáles son sus síntomas?

Muchas veces el único síntoma que produce el bocio es la aparición de un bulto en la región anterior del cuello. La tendencia natural es hacia el crecimiento lento. Cuando el crecimiento es importante puede dar lugar a síntomas compresivos por desplazamiento y presión sobre estructuras vecinas como la tráquea, el esófago o el nervio recurrente, lo que producirá dificultad respiratoria, para la deglución o afonía respectivamente. Aparte de los síntomas compresivos, las manifestaciones que puede originar tienen relación con las posibles alteraciones acompañantes de la función tiroidea como es el hipertiroidismo (nerviosismo, palpitaciones, cansancio, pérdida de peso, entre otras) o el hipotiroidismo(intolerancia al frío cansancio, somnolencia, sequedad de piel...).

¿Quién puede padecerlo?

Es un hallazgo muy frecuente en el sexo femenino. Cuando se investiga mediante ecografía la frecuencia de bocio aumenta con la edad hasta llegar a un 60 por ciento de casos en mujeres de edad superior a 60 años. No obstante, también puede darse en varones, aunque con menor frecuencia. No es infrecuente que se observe de forma transitoria en recién nacidos de madres tratadas durante el embarazo con fármacos antitiroideos por hipertiroidismo. Es frecuente también su aparición en el curso del embarazo.

¿Cómo se diagnostica?

En la amplia mayoría de casos el diagnóstico se lleva a cabo por inspección y palpación del médico. La realización de ecografía aporta habitualmente datos adicionales relacionados con la función y la morfología, especialmente en lo que respecta a la existencia de nódulos. La gammagrafía tiroidea, que se lleva a cabo tras administración de iodo radioactivo o tecnecio, puede identificar los nódulos captantes o calientes y los no captantes o fríos. Para completar el diagnóstico, es necesario realizar una estimulación de hormonas tiroideas y TSH en sangre para saber si la situación es normo, hipo o hiperfuncionante. Cuando se observan formaciones nodulares puede ser necesario realizar una punción-aspiración con aguja fina que es el mejor método para conocer la estructura celular del nódulo y aproximarse hacia su posible benignidad o malignidad.

¿Cuál es el tratamiento?

Los bocios pequeños difusos o con nodulaciones mínimas que son normofuncionantes únicamente requieren de vigilancia periódica. Los pacientes en los que el bocio cursa con hipotiroidismo deben ser tratados con tiroxina, lo que puede reducir el tamaño del bocio. Si existe hipertiroidismo ha de tratarse oportunamente con medicamentos antitiroideos, iodo radioactivo o cirugía. La aparición de sospecha, ya sea por el resultado de la punción-aspiración, la existencia de crecimiento rápido o el desarrollo de síntomas compresivos, obliga a contemplar el tratamiento quirúrgico, que puede consistir en hemitiroidectomía, tiroidectomía subtotal o tiroidectomía total. Si existe hipo o hipertiroidismo previo es esencial corregir la función tiroidea con antelación a la intervención.

Artículo facilitado por:
Clínica Universidad de Navarra

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