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REMEDIOS CASEROS

Trucos de la abuela para cortar el queso sin que se rompa


Publicado por Patricia Fernández, periodista
Creado: 21 de agosto de 2017 12:41 | Modificado: 22 de junio de 2025 20:17


Trucos de la abuela para cortar el queso sin que se rompa

Cortar queso parece fácil... hasta que te enfrentas a un buen curado o a un tierno que se deshace con solo mirarlo. Si quieres que tus tablas de queso queden perfectas (y no parezcan batallas campales), toma nota de estos trucos caseros y algún que otro truco de la abuela que te sacará de apuros.

Cuando el queso no colabora

Nos encanta el queso, eso está claro. El manchego curado, el brie cremosito, el queso fresco con tomate, el semicurado con membrillo... Pero hay que reconocerlo: cortarlo bien tiene su arte. ¿Cuántas veces has intentado sacar lonchas perfectas y has terminado con trozos irregulares, desmoronados o medio pegados al cuchillo?

Y claro, si tienes invitados o estás preparando una tabla para una cena especial, pues da rabia que el queso, por delicioso que esté, parezca cortado a machetazos.

Por suerte, existen varios trucos caseros que te pueden ayudar a que cortar el queso sea casi un placer. Aquí te los cuento con todo detalle, y te aseguro que funcionan.

Trucos de la abuela para cortar bien el queso

1. El truco del aceite en el cuchillo

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Este es uno de esos trucos de la abuela que parecen sacados de un libro de magia culinaria. Si quieres cortar el queso sin que se deshaga ni se quede pegado, unta el cuchillo con una gotita de aceite (de oliva suave, por ejemplo) por ambos lados de la hoja.

Eso hace que el cuchillo se deslice con suavidad, sobre todo en quesos semicurados, frescos o tiernos, que tienden a pegarse. Además, mejora el corte incluso en quesos duros, porque evita que se astillen.

Consejo extra: Asegúrate de que el cuchillo esté bien afilado. No hay nada peor que un cuchillo sin filo para cortar queso. O pan. O cualquier cosa, la verdad.

2. El cuchillo adecuado para cada tipo de queso

Igual que no cortas carne con un cuchillo de untar, con el queso pasa lo mismo. Elige el cuchillo en función del tipo de queso:

  • Quesos duros (curados, añejos): cuchillo de hoja ancha y rígida, tipo chef o jamonero.
  • Quesos semiblandos (manchego joven, emmental): cuchillo con hoja perforada, para evitar que se adhiera.
  • Quesos blandos (brie, camembert): cuchillo fino o incluso hilo de corte.
  • Quesos muy blandos (fresco, de untar): mejor cuchara o paleta.
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Truco de abuela: si no tienes el cuchillo ideal, lo importante es mantenerlo bien afilado y ligeramente aceitado.

3. Usa hilo dental

Para cortar quesos muy blandos o redondos, el hilo dental sin sabor ni cera es una solución estupenda. Solo tienes que tensar el hilo con ambas manos y cortas el queso como si lo estuvieras "aserrando" suavemente.

Ideal para el rulo de cabra, quesos cremosos e incluso pasteles de queso. El corte queda limpio, sin arrastrar la crema ni deformar la pieza.

4. Refrigera antes de cortar

Si vas a servir un queso muy blando, como el brie o el camembert, déjalo unos minutos en la nevera antes de cortarlo. No demasiado (porque pierde sabor), pero lo justo para que coja un poco de firmeza y no se desmorone al primer tajo.

Después de cortarlo, ya puedes dejarlo atemperar para que recupere su textura perfecta.

5. Agua caliente para quesos pegajosos

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Otro truco de la abuela para cortar bien el queso que parece de alquimista: si vas a cortar quesos tipo mozzarella o burrata, que se pegan mucho al cuchillo, pásalo por agua caliente, sécalo con un trapo y corta inmediatamente.

El calor ayuda a que el cuchillo resbale mejor y no se adhiera al queso. Y si vas a hacer varias porciones, repite el proceso entre cortes.

6. El corte según la forma del queso

Esto parece una tontería, pero no lo es. Cada tipo de queso tiene una forma y un punto de maduración diferente. Y cortarlos "a lo loco" puede hacer que se deformen, se rompan o pierdan textura.

Aquí van algunas claves rápidas:

  • Quesos redondos pequeños (camembert, brie): córtalos en forma de tarta, en cuñas triangulares.
  • Quesos cilíndricos (rulo de cabra): en rodajas.
  • Quesos grandes y redondos (manchego, oveja curado): en triángulos, empezando del centro hacia fuera.
  • Quesos rectangulares o cuadrados (emmental, gouda): en tiras finas o en dados.

Una tabla de quesos bien cortada entra por los ojos. Y eso ya es media cena ganada.

7. No lo cortes recién sacado de la nevera

Salvo que sea uno muy cremoso que te interesa enfriar un poco, los quesos se cortan mejor cuando están a temperatura ambiente. Además, así se disfrutan más, porque liberan todos sus aromas y texturas.

Sácalos de la nevera al menos 20 minutos antes de servirlos. Y si tienes tiempo, deja que "respiren" fuera del plástico o del film. El queso también necesita aire.

8. Para servir: orden, limpieza y cariño

Un detalle final para triunfar con tu tabla:

  • Usa una tabla de madera o pizarra, bien limpia.
  • Sirve los quesos en orden de intensidad, del más suave al más fuerte.
  • Usa un cuchillo para cada tipo de queso, si puedes (o límpialo entre cortes).
  • Añade acompañamientos: pan, uvas, frutos secos, mermeladas.

Porque cortar el queso bien es importante, pero servirlo con gusto también suma puntos.

Con estos trucos caseros y trucos de la abuela, cortar el queso deja de ser una lucha. Desde el clásico truco del cuchillo con aceite hasta usar hilo dental o elegir el corte correcto según la forma del queso, todo suma para lograr una tabla digna de aplauso.

Y recuerda: un buen queso bien cortado se disfruta el doble. Así que ya sabes, la próxima vez que tengas invitados (o te des un capricho tú solito), aplica estos trucos y presume de tabla como si fueras un maestro quesero.

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