Así sería mi vida ideal al jubilarme

Así sería mi vida ideal al jubilarme

Dejar el trabajo atrás permite hacer todo aquello que siempre se ha deseado. Con los hijos fuera de casa, nada nos ata. Las habilidades para aprender se mantienen independientemente de la edad y las posibilidades para participar activamente en la vida política y social del país se incrementan extraordinariamente. Ahora, tu vida la marcas tú.

Tienes el control de tu vida y puedes hacer, por fin, todo cuanto has ido arrinconando por falta de tiempo o de ganas. Ha llegado el momento de hacer lo que realmente te gusta. Redescubre aquellas aficiones que abandonaste o busca nuevas actividades. Y si tienes dudas o no encuentras en qué ocupar tu tiempo, pregúntate qué harías gratis.

Puedes plantearte seguir ocupando tu casa o cambiar de residencia: vivir junto al mar o en el campo definitiva o temporalmente; cambiarte a un piso más pequeño; mudarte de barrio... Hoy es común la dispersión geográfica de la familia y todas las posibilidades quedan abiertas.

Hacer deporte, bailar, escribir, estudiar, ir al cine, coleccionar, viajar... las posibilidades son casi infinitas. Elige lo que prefieras. Será el premio a una vida llena de sacrificios y dificultades.

Pero, además, aprovecha para devolver a tu familia las muchas horas que las obligaciones laborales les ha robado. Ella será tu nido, tu refugio y tu rincón y en ella has construido tu existencia. Tampoco olvides a tus amigos. Ellos están ahí y ahora tienes tiempo para disfrutar de las relaciones sociales.

Y, mantén siempre el optimismo porque está demostrado que los pesimistas tienen una peor calidad de vida.

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