Biografía de Manuel Belgrano

El padre de Manuel Belgrano era oriundo de Liguria, Italia, y se llamaba Peri, que castellanizó como Pérez y luego adoptó el apellido de Belgrano. Domenico Peri, es decir, Domingo Belgrano Pérez, se casó con María Josefa González Casero, nacida en Buenos Aires. Gracias a su posición acomodada por las actividades comerciales de Domingo, los hijos pudieron estudiar en Europa. Manuel Belgrano estudió Derecho en las universidades de Salamanca y Valladolid (España). También tuvo acceso a la literatura de los ilustrados, desde Montesquieu a Rousseau, pasando por españoles como Jovellanos. Bajo el influjo de la Revolución Francesa, adoptó el ideario liberal.
De regreso a Argentina, fue nombrado secretario "perpetuo" del Consulado de Comercio de Buenos Aires y dedicó gran empeño en fomentar la educación.
En unos momentos de gran agitación en Argentina, Manuel Belgrano tomó partido por la princesa Carlota Joaquina de Borbón. En 1810 se convirtió en uno de los dirigentes de la insurrección que se transformaría en la Revolución de Mayo. También fue nombrado general al mando del ejército libertador del Paraguay.
En cuanto a su vida amorosa, tuvo una intensa relación con María Josefa Ezcurra, casada con un navarro que se volvió a su patria. En 1813 tendría un hijo de Manuel Belgrano, aunque se ignora si él llegó a conocerlo. En 1812 había conocido a María Dolores Helguero y Liendo, que se casó con otro hombre, pero que en 1819 tuvo a Manuela Mónica, fruto de su relación con Manuel Belgrano. Otra amante de Manuel Belgrano fue una francesa conocida como Pichegru, una mujer atrevida y aventurera, a la que conoció en Londres.
Manuel Belgrano es el creador de la bandera argentina.
Enfermó de hidropesía y al final de su vida estuvo sumido en la pobreza. Así, el que había nacido en una de las familias más acaudaladas del Río de la Plata, murió casi en la indigencia.
Murió en su casa familiar, en la actual avenida Belgrano, número 430, y según su voluntad, se le amortajó con el hábito de los dominicos y fue llevado al convento de Santo Domingo, donde se le dio sepultura.

Dijo: "El miedo solo sirve para perderlo todo".