Trastorno de Tourette (Enfermedad de Gilles de la Tourette)

Trastorno de Tourette (Enfermedad de Gilles de la Tourette)

Los trastornos de tics incluyen el Trastorno de Tourette, el trastorno de tics motores o vocales crónicos y el trastorno de tics transitorios. El trastorno de Tourette se define como una enfermedad en la que existen varios tics motores y uno o más tics voc

 

¿Qué es?

Los trastornos de tics incluyen el Trastorno de Tourette, el trastorno de tics motores o vocales crónicos y el trastorno de tics transitorios. El trastorno de Tourette se define como una enfermedad en la que existen varios tics motores y uno o más tics vocales, varias veces al día, casi cada día, durante más de un año, y no hay ningún periodo de 3 meses sin tics.  El trastorno provoca malestar notable o deterioro significativo social, laboral, o en otras áreas, y aparece antes de los 18 años. Suele ser más frecuente en niños que en niñas en una proporción de hasta 3 niños por cada niña afectada. Los trastornos por Tics y el trastorno de Tourette en niños, generalmente suelen ser evaluados por el pediatra o neuropediatra. Sin embargo, como estos trastornos con frecuencia son comórbidos (o estan acompañados de) otros trastornos psiquiátricos, generalmente también son vistos por el psiquiatra infantil y de adolescentes. En adultos sucede algo similar, ya que son vistos por el neurólogo y también por el psiquiatra.

¿Qué es un tic?

Los tics son movimientos o vocalizaciones estereotipadas (o iguales en cada persona) semiinvoluntarios. Se cree que son debidos a una disfunción en una zona del cerebro (los ganglios basales). Aunque los tics se experimentan como involuntarios, los pacientes pueden suprimirlos o retrasarlos conscientemente durante un tiempo, generalmente breve. A veces los niños controlan los tics durante el colegio y alivian luego la tensión cuando están solos en casa, por lo que los padres creen que son voluntarios.

¿A quién afecta?

El trastorno de Tourette empieza entre los 2 y los 13 años, generalmente con un tic motor simple, y luego van apareciendo más tics. Hacia los 11 años aparecen los tics vocales o fónicos y puede haber conductas obsesivas y compulsivas (ideas y acciones repetidas). Los tics vocales empiezan como sílabas aisladas y progresan a exclamaciones más largas. Hasta un 25-50% de los niños con trastorno de Tourette tienen síntomas de impulsividad, hiperactividad y déficit de atención. El Trastorno de Tourette se presenta en 1 de cada 1500 niños. Es importante reseñar que la presencia de un tic aislado durante un breve periodo de tiempo es muy frecuente en niños (Hasta un 12% de los niños los tienen alguna vez) y generalmente se resuelve sin tratamiento a los pocos meses. Si no mejoran, debe acudirse al médico.

¿Cuál es su causa?

No se conoce la causa, aunque se sabe que no hay influencia del nivel socioeconómico, y que hay factores genéticos implicados, ya que hasta 2/3 de los familiares de niños con trastorno de Tourette tienen algún tipo de tic. También hay una relación entre el trastorno de Tourette y el trastorno obsesivo-compulsivo.  En un 33% de los niños con Tourette el trastorno puede ser debido a un proceso autoinmune, desencadenado tras una infección del tipo faringitis, o de vías respiratorias altas por el estreptococo tipo A beta-hemolítico. Se cree que los anticuerpos contra esta bacteria que produce el niño dañan la zona del cerebro de los ganglios basales y este daño produce los tics. También hay relación entre el trastorno de Tourette y otras enfermedades, como algunos tipos de ansiedad y la anorexia nerviosa. En los niños con trastorno de Tourette el resto del desarrollo suele ser normal.

¿Cómo evoluciona la enfermedad?

Respecto al curso de la enfermedad, aparece en la niñez y rara vez después de la pubertad. Aunque puede durar toda la vida, con altibajos en su frecuencia e intensidad, muchos pacientes con tics mejoran tras la adolescencia. Los empeoramientos coinciden con periodos de mayor estrés o ansiedad. En las formas autoinmunes empeora tras infecciones por estreptococo (faringitis y resfriados) durante el otoño e invierno. La evaluación del niño debe seguirla un especialista en este campo, como un pediatra, neuropediatra, neurólogo o psiquiatra infantil, para descartar otros trastornos como trastorno por déficit de atención e hiperactividad, obsesivo-compulsivo y trastornos del aprendizaje.  En muchas ocasiones, son los trastornos comórbidos que acompañan a los tics, como el TDAH, los que mas problemas ocasionan, no tanto los tics en sí. También se debe realizar un examen neurológico para descartar otros problemas motores, y a veces se realiza un electroencefalograma para descartar convulsiones llamadas mioclónicas, y análisis para ver si hay anticuerpos anti-estreptococo.

¿Cómo se trata?

Respecto al tratamiento, debe enfocarse a suprimir o reducir los síntomas, apoyar la adaptación del niño y favorecer su proceso de desarrollo. Debe tratarse la comorbilidad cuando exista. Hay varios tipos de medicación que se utilizan y mejoran el trastorno de Tourette. Los fármacos principales en el tratamiento del trastorno de Tourette son los neurolépticos como haloperidol, pimozida, risperidona y olanzapina, observándose mejoría en hasta un 60-80% de los niños tratados. Otro fármaco no neuroléptico que puede ayudar es la clonidina, con una respuesta de hasta el 50%, aunque debe usarse con cuidado porque puede dar problemas cardiacos y de hipotensión. El tratamiento debe ser individualizado y se debe hacer un seguimiento para ver si mejoran los síntomas o si aparecen efectos adversos.

Artículo facilitado por:
Clínica Universidad de Navarra

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