7 claves para vivir más sano
Los alimentos influyen en la capacidad de frenar el envejecimiento.
El colesterol es una sustancia blanquecina y de aspecto parecido a la que resulta indispensable para la vida.
El colesterol se encuentra en las membranas celulares de nuestros organismo: desde el sistema nervioso al hígado y al corazón. El cuerpo necesita colesterol para fabricar hormonas, ácidos biliares, vitamina D, y otras sustancias.
Una parte importante del colesterol de nuestro organismo se produce en el hígado. De hecho, la producción resulta suficiente para el funcionamiento del organismo. El resto del colesterol presente en nuestro organismo es aportado a través de la dieta. La grasa que ingerimos se reabsorbe en los intestinos y luego pasa al hígado, que la reparte al resto del cuerpo para ser usada y almacenada en las células de grasa.
El colesterol sólo se convierte en un problema cuando el nivel en sangre es excesivo; si tienes más colesterol del que tu cuerpo necesita, se pueden acumular depósitos de grasa en las arterias, y eso derivar en problemas cardiovasculares.
Una dieta muy rica en grasas saturadas (presentes en productos de origen animal, como las carnes grasas, la leche y los lácteos enteros, el tocino y los embutidos grasos...) y grasas trans (grasas vegetales hidrogenadas o semihidrogenadas, presentes en muchos productos de bollería y otros alimentos procesados), el organismo no podrá eliminar el exceso de colesterol, y los niveles aumentarán, incrementando el riesgo de ataques de corazón y ataques cerebrales (ictus).
El colesterol HDL es en realidad una lipoproteína de alta densidad (sus siglas son en inglés), que se encarga de transportar el colesterol desde los tejidos al hígado, para su metabolización.
Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) o colesterol malo es el colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad.
Es una enfermedad hereditaria que se padece desde el nacimiento y que provoca un aumento en las concentraciones de colesterol en sangre y especialmente del “colesterol malo”.
Es la forma más habitual de hipercolesterolemia primaria y se calcula que afecta en España a un millón de personas.
Si el colesterol que circula por sangre está elevado (por encima de 200 miligramos por decilitro) el diagnóstico es hipercolesterolemia.
Con niveles altos de colesterol (en especial, con niveles altos de LDL y bajos de HDL), se acumulan depósitos de grasa en las paredes interiores de las arterias (lo que se conoce como placa arterial), del mismo modo en que se acumula la cal en las tuberías.