MALA MEMORIA

¿Cómo se expresan las quejas de pérdida de memoria?

¿Cómo se expresan las quejas de pérdida de memoria?

"Qué cabeza la mía. Qué despiste. Soy un desastre. No tengo cabeza." Seguramente todos hemos utilizado alguna de estas expresiones en alguna ocasión, pero ¿cuándo deja de ser algo anecdótico para convertirse en un problema?

«Es que cada vez tengo más despistes...»
«Tengo que apuntarlo todo, y luego pierdo los papeles donde lo anoté...»
«Mis hijos me dicen: "No te fijas en nada".»
«Paso de largo cuando voy a la panadería.»
«Se me ha oxidado la memoria.»
«Cuando hablo, se me va el santo al cielo y no sé qué iba a decir...»
«Apenas retengo lo que leo, me distraigo...»
«Noto que pierdo el hilo de la conversación, incluso cuando soy yo quien habla.»
«Tengo las palabras en la punta de la lengua, pero no me salen.»
«Cuando estoy fuera de casa, de viaje, me acuerdo de todo; en casa, de nada.»
«Cuando hablo, no me acuerdo de las palabras, pero cuando escribo, sí.»
«Me cuesta cada vez más poner atención en las cosas.»

Aunque las palabras varían, el temor es siempre el mismo. Esas pérdidas, esos fallos afectan a una función esencial: en el fondo, cada embestida contra nuestra memoria, contra nuestros recuerdos, nos parece un ataque contra nuestra propia vida.

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