¿El calor extremo está matando a más personas mayores de lo que pensamos?


Publicado por Patricia Fernández, periodista
Creado: 16 de julio de 2025 10:33 | Modificado: 16 de julio de 2025 10:48


¿El calor extremo está matando a más personas mayores de lo que pensamos?

Cada verano, miles de muertes por ola de calor en personas mayores pasan desapercibidas. Analizamos por qué ocurre, quiénes son los más vulnerables y cómo prevenirlo.

 El calor extremo no solo incomoda: mata. Y lo hace en silencio, especialmente entre nuestros mayores. Mientras los golpes de calor ocupan titulares, la mayoría de los fallecimientos pasan desapercibidos. Conoce por qué las muertes por ola de calor en personas mayores aumentan cada verano y cómo podemos prevenirlas.

El calor extremo, un enemigo invisible

Las altas temperaturas del verano han dejado de ser solo un mal rato para convertirse en un problema de salud pública. Y, entre todas las víctimas que se cobra el calor, hay una especialmente vulnerable y olvidada: los mayores de 65 años. Las muertes por ola de calor en personas mayores han alcanzado cifras alarmantes en España, superando en algunos años los 8.000 fallecimientos, aunque la mayoría no se contabilizan directamente como provocadas por el calor.

¿Por qué? Porque estas muertes no suelen deberse a un golpe de calor repentino, sino a complicaciones derivadas del calor en organismos ya debilitados por enfermedades previas, edad avanzada o condiciones de vida precarias.

Mucho más que un golpe de calor

Cuando pensamos en muertes por calor, imaginamos a alguien desplomándose al sol. Pero la realidad es más compleja. La mayoría de las muertes por ola de calor en personas mayores suceden en sus casas, en hospitales o residencias, sin necesidad de estar expuestos directamente al sol. El calor provoca deshidratación, fallos en la regulación de la temperatura corporal y empeoramiento de enfermedades crónicas.

PUBLICIDAD

Además, los síntomas de alerta, como la confusión, la debilidad o la piel seca, a menudo se confunden con otros problemas de salud habituales en la vejez, retrasando la atención médica.

Los más vulnerables son mayores, enfermos y aislados

Según los últimos datos del Instituto de Salud Carlos III, el 95% de las muertes atribuibles al calor extremo este verano han sido de personas mayores de 65 años. De ellas, más de 750 tenían más de 85 años y muchas vivían solas, sin acceso a aire acondicionado ni a una red de apoyo inmediata.

La edad, sin embargo, no es el único factor de riesgo. También lo son:

  • Enfermedades previas, como insuficiencia cardíaca, renal o respiratoria.
  • Medicación que interfiere con la regulación de la temperatura, como diuréticos, antidepresivos o medicamentos para la hipertensión.
  • Baja percepción de la sed, muy común en mayores, que dificulta mantener una correcta hidratación.
  • Viviendas mal acondicionadas, sin ventilación ni climatización.
  • Aislamiento social, que impide que otros noten los síntomas o tomen medidas a tiempo.

¿Por qué las cifras no reflejan la realidad?

Las estadísticas oficiales, como las del MoMo (Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria), hablan de cientos o miles de muertes vinculadas al calor. Sin embargo, muchos expertos alertan de que estas cifras están infraestimadas.

PUBLICIDAD

Esto se debe a que los certificados de defunción no suelen indicar el calor como causa directa, sino fallos multiorgánicos, infartos o insuficiencias renales. Además, las metodologías varían según el modelo de cálculo: algunas, como la usada por la aplicación MACE, estiman hasta diez veces más fallecimientos que los registros oficiales.

Sea cual sea la cifra real, el patrón es claro: las muertes por ola de calor en personas mayores están creciendo y seguirán aumentando con el cambio climático si no se toman medidas urgentes.

El papel del cambio climático

Las olas de calor son cada vez más frecuentes, intensas y prolongadas. Según AEMET, junio de 2025 ha sido el más caluroso jamás registrado, y las previsiones apuntan a que agosto seguirá esa tendencia. Esto no solo afecta a zonas del sur tradicionalmente cálidas, sino también a regiones como Galicia, Asturias o Cantabria, que no estaban preparadas para temperaturas tan altas.

La ONU ha alertado recientemente de que las muertes por calor extremo entre las personas mayores han aumentado un 85% desde los años 90, sobre todo en zonas urbanas y en países con menos recursos. España, de hecho, ya es el cuarto país europeo con mayor mortalidad por calor, solo por detrás de Grecia, Bulgaria e Italia.

¿Cómo podemos prevenirlas?

La buena noticia es que muchas de las muertes por ola de calor en personas mayores son evitables. Pero para ello es necesario actuar a varios niveles:

PUBLICIDAD

A nivel personal y familiar

  • Hidratación continua, aunque no se tenga sed.
  • Evitar salir a la calle en las horas de más calor (de 11:00 a 18:00).
  • Permanecer en lugares frescos y ventilados, aunque sea necesario acudir a centros públicos climatizados.
  • Vestirse con ropa ligera, de colores claros y tejidos naturales.
  • Comer ligero, con frutas, verduras y platos frescos.
  • Detectar señales de alerta como mareos, confusión o pulso acelerado.

A nivel institucional y social

  • Refuerzo del Plan Nacional contra el Calor, con especial atención a los mayores que viven solos.
  • Campañas de información y prevención, adaptadas a este colectivo.
  • Mejora de las condiciones en residencias, hospitales y viviendas de personas mayores.
  • Acceso universal al aire acondicionado, especialmente en hogares con rentas bajas.
  • Coordinación entre servicios sociales, sanitarios y vecinales para garantizar seguimiento.

El aire acondicionado es un factor decisivo y desigual

Según el investigador Hicham Achebak, el acceso al aire acondicionado ha reducido hasta en un 30% la mortalidad por calor. Sin embargo, solo el 35% de los hogares en España lo tienen, y no todos pueden permitirse encenderlo. La pobreza energética se convierte así en una sentencia silenciosa para muchos mayores.

No basta con informar: es necesario asegurar que todas las personas mayores, independientemente de su nivel económico o lugar de residencia, puedan protegerse del calor. De lo contrario, las muertes seguirán aumentando.

Visibilizar para prevenir

Las muertes por ola de calor en personas mayores no suelen ocupar portadas, pero son reales, frecuentes y evitables. No se trata solo de golpes de calor aislados, sino de una vulnerabilidad estructural que el cambio climático está agravando.

Visibilizar esta realidad es el primer paso para actuar. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de proteger a quienes más lo necesitan. Y este verano, más que nunca, eso empieza por cuidar del bienestar térmico y social de nuestros mayores.

 

Artículo recomendado

Buscador gratuito de residencias

Buscador gratuito de residencias

Encuentra la residencia que encaja con tus necesidades. Puedes filtrar por preferencias, ver los servicios y fotos de cada centro e incluso contactar...

PUBLICIDAD

Relacionados

Comentarios