7 claves para vivir más sano
Los alimentos influyen en la capacidad de frenar el envejecimiento.
Los novios han decidido que habrá boda la próxima primavera. ¿Vas a ser la madrina, como manda la tradición? Pues toma nota, porque en este día tan especial para tu hijo, la madrina, después de la novia, es la figura femenina más importante de la boda.
Llega un gran día, o así deberías verlo, pero no te sientes así. Que un hijo se case produce sentimientos ambivalentes, contradictorios, te ves obligada a sentirte feliz y a demostrarlo, pero las emociones te vencen. Existen varias preocupaciones: ¿Será feliz? ¿Habrá elegido a la mujer adecuada? ¿Cómo voy a superar el día a día sin verle en casa? ¿Cómo debo comportarme con ellos ahora que van a formar una nueva familia?
Reflexiones que pueden ayudarte a organizar estas emociones para mantener una actitud positiva y equilibrada:
➤ Es normal sentirse así, pero hay que reservar un tiempo para analizar estas emociones y reconducirlas.
➤ Los hijos pueden equivocarse, pero tú no puedes ni debes evitarles todo. Deben asumir la responsabilidad de sus elecciones.
➤ Tú y su futura mujer compartís algo fundamental: el deseo de que tu hijo sea feliz.
➤ No te obligues a mostrarte como no eres, asumiendo un papel falso en aras de llevarte bien. Sé tú misma, como en el resto de las relaciones que estableces con los demás.
➤ Una actitud de
Los novios han decidido que habrá boda la próxima primavera. ¿Vas a ser la madrina, como manda la tradición? Pues toma nota, porque en este día tan especial para tu hijo, la madrina, después de la novia, es la figura femenina más importante de la boda. Y hay que estar a la altura.
Los novios han decidido que habrá boda la próxima primavera. ¿Vas a ser la madrina, como manda la tradición? Pues toma nota, porque en este día tan especial para tu hijo, la madrina, después de la novia, es la figura femenina más importante de la boda. Y hay que estar a la altura.
Las relaciones entre suegra y nuera no son siempre fáciles. En ellas se mezclan sentimientos encontrados vividos de forma intensa y que, además, giran siempre alrededor de un único personaje, el hijo-marido, que debe actuar como mediador entre ambas.
Somos padres de hijos adultos y, en muchas ocasiones, debido al aumento de la esperanza de vida, hijos de padres ancianos. Las relaciones entre los padres y sus hijos adultos no siempre son fáciles porque están dominadas por la ambivalencia, por la coexistencia de sentimientos encontrados que no siempre es fácil dominar.
Las relaciones entre suegra y nuera no son siempre fáciles. En ellas se mezclan sentimientos encontrados vividos de forma intensa y que, además, giran siempre alrededor de un único personaje, el hijo-marido, que debe actuar como mediador entre ambas.
Cuando somos conscientes de que nuestros hijos han tomado las riendas de su vida y no cuentan más con nuestra aprobación, es el momento de colocarnos detrás de ellos, estar ahí y soltar amarras. Aquellos pequeños a los que hemos querido tanto, van a afrontar solos todas sus decisiones.