Actividad física impresncindible

¡Muévete! Hazlo por tu vida

¡Muévete! Hazlo por tu vida

No se trata solo de perder kilos. La actividad física –incluso moderada– mejora significativamente la salud física y mental y prolonga la esperanza de vida. ¿A qué esperas para empezar a moverte?

Electrodomésticos, agua corriente, automóvil, avión, tractor, ordenador, comida preparada... son algunos de los llamados «adelantos de la civilización». Si nuestros tatarabuelos levantaran la cabeza, se quedarían sin duda atónitos ante el ahorro en esfuerzo físico que conllevan todos esos avances y los ingentes cambios sociales que han entrañado.

Durante las decenas de miles de años de existencia en el Planeta, la vida de nuestros antepasados humanos transcurrió en una actividad física constante: cazando, pescando, recolectando frutos y semillas, acarreando leña o agua, vadeando ríos, tallando huesos y piedras... Incluso cuando, hace unos 8000 años, los seres humanos dejaron de ser nómadas y se hicieron agricultores y ganaderos, tenían que labrar los campos, pastorear el ganado, construir sus propias casas y fabricar enseres sin ayuda de máquinas, moler el grano y amasar el pan, lavar la ropa a mano... Sin lugar a dudas, si nuestros antepasados nos vieran ahora, sentados todo el día delante de pantallas de ordenador o televisión, comiendo a placer sin tener siquiera que cocinar... y luego poniéndonos a dieta o yendo en coche a un gimnasio para perder las calorías acumuladas, creerían que han llegado a un mundo de locos.

Estilo de vida

Es evidente que la vuelta a un pasado sin automóviles, tractores, ordenadores o electrodomésticos no es la solución a los problemas derivados de la falta de ejercicio.

Lo que la OMS propone a los Gobiernos es «que diseñen estrategias para implantar un estilo de vida en el que la actividad física sea parte inevitable». Puede que estemos en el buen camino. Cada vez más ciudades europeas están adoptando cambios como los que propone el movimiento Nuevo Urbanismo, que plantea ciudades «hechas a la medida del hombre», en las que los habitantes puedan «vivir las calles» y desplazarse a pie de casa al trabajo o a la compra, con apenas protagonismo de los coches. Incluso grandes empresas multinacionales han empezado a abandonar los edificios altos y trasladarse a plantas con varias construcciones de pocos pisos y ascensores lentos, que animen a la gente a subir las escaleras y a caminar entre las distintas secciones. Los Gobiernos europeos también se están haciendo eco de la tendencia y han empezado a lanzar mensajes más concretos y ambiciosos. El año pasado, el Gobierno francés organizó una «campaña para la forma física», en la que proponía a los viajeros de metro y autobús que se bajaran una parada antes y recorrieran el resto de la distancia a pie. Recientemente, el Ministerio de Salud de Alemania proponía a la gente el objetivo concreto de «dar 3000 pasos más al día». En España, el Ministerio de Sanidad está embarcado en la llamada «Estrategia Naos», cuya finalidad es mejorar los hábitos alimenticios e impulsar la práctica regular de la actividad física entre los españoles.

Son aún iniciativas parciales, pero cualquier esfuerzo supone un paso adelante en el camino hacia la forma y la salud.

Años sí, pero movidos

Amelia Viñas, de 62 años, dejó de hacer ejercicio tras una fractura de tobillo. Leonardo Poza no ha vuelto al gimnasio desde que le diagnosticaron una hernia discal. Como ellos, muchas personas mayores comprueban que, cuantas más «goteras» te salen, menos animado te sientes a hacer ejercicio. En cambio, debería ser al revés. Independientemente de la situación individual, la gente que aprende a mantenerse activa (y a adaptar el tipo y nivel de ejercicio a sus posibilidades) acaba teniendo un nivel de forma y una salud mejores que personas de la misma edad que, sin ningún problema de salud, no hacen nada de ejercicio. ¿Alguna idea para empezar? Jugar a los bolos, hacer senderismo de montaña o aprender bailes de salón... son especialmente recomendables para los mayores (entre otras cosas, porque están en la lista de preferidos en ese grupo de edad). Todos estos ejercicios reúnen los tres objetivos básicos: estimular el corazón, desarrollar la fuerza y mejorar el equilibrio.

Marisol Guisasola

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