¿Estoy usando bien la mascarilla?

¿Estoy usando bien la mascarilla?

La triste situación pandémica que estamos viviendo ha provocado nuestra alianza indefinida y forzada a una herramienta de protección llamada mascarilla. Por consecuente, progresivamente se han ido confeccionando y poniendo a nuestra disposición multitud de ellas, mascarillas caseras, homologadas y otras no tan seguras.

El nexo de la voz y el uso de la mascarilla está siendo un tema de actualidad ya que nuestra salud vocal nos preocupa, especialmente a aquellas personas que usan su voz como herramienta de trabajo, y por lo tanto, su salario depende de ella.

Asimismo, esta preocupación reside en personas que usan su voz por hobby o en aquellas que están realizando algún tipo de entrenamiento o rehabilitación vocal. La voz precisa de un conjunto variado de estructuras y órganos para fluir de forma eficaz, por ello, la opción más acertada es tener una visión de ella como un todo. Y más sabiendo la constante conexión con nuestro estado emocional. A continuación hablaremos de algunas características esenciales para mantener una buena calidad vocal y porque estas se ven distorsionadas o perjudicadas por el uso de las mascarillas.

La articulación vocal

Si nuestro objetivo es llevar a cabo buenos movimientos fonoarticulatorios, imprescindibles para una buena inteligibilidad, resonancia y proyección vocal, debemos de saber que las mascarillas de tela perjudicarán dichos movimientos durante el acto fonatorio por su alta contención entre la nariz y la barbilla. En cuanto al uso de mascarillas homologadas, la mascarilla quirúrgica nos permite una mayor abertura vertical frente a las higiénicas o las EPI (FFP2, etc.), aunque estas últimas aceptan una movilidad labial superior gracias a su diseño.

Por lo tanto, siempre que nuestro entorno (laboral, social o familiar) lo permita, estas mascarillas serán las más indicadas en términos articulatorios. Como pautas de cuidado vocal, debemos de ralentizar nuestro discurso y potenciar nuestro lenguaje gestual.

La hidratación vocal 

Las mascarillas quirúrgicas y las EPI, además de proporcionar mucha más protección frente a las mascarillas de tela, nos van a aportar una mejor transpiración, variable fundamental para una correcta hidratación vocal, resaltando especialmente las quirúrgicas. Existen dos tipos de hidratación vocal: la hidratación vocal directa y la hidratación vocal indirecta, y es esta última la que cubrimos con la ingesta gradual de al menos 2L agua a lo largo del día, especialmente durante la actividad vocal. Este tipo de hidratación no humedece las cuerdas vocales como si de un baño se tratase, lo que verdaderamente sucede, en términos generales, es una irrigación sanguínea beneficiosa para la mucosa que envuelven nuestras cuerdas vocales.

Actualmente, con la cantidad de tiempo que pasamos con la mascarilla y la precaución de no retirarla, estamos bebiendo mucha menos agua, provocando una incorrecta higiene vocal y sucesivos problemas vocales. Para evitar esas dificultades, la mejor solución es una buena higiene de manos previa a la retirada momentánea de la mascarilla. Nuestra recomendación es insistir, además de en la ingesta de agua, en la hidratación vocal directa. Una fantástica opción puede ser el uso de un nebulizador con suero fisiológico (durante unos 10 minutos), pre y post actividad vocal. Los vahos con agua y sal y las gárgaras con glicerina y bicarbonato son opciones más económicas. 

Como conclusión, y teniendo en cuenta que nuestras fosas nasales son un filtro primordial en nuestro sistema fono respiratorio, sistema del que depende nuestra emisión vocal, hemos de mirar por su correcta limpieza. Aplicar con cierta presión suero fisiológico directamente a través de las narinas limpiando ambos conductos es una forma sencilla y eficaz de hacerlo. Otra alternativa es el agua con sal, la cual presionaremos mediante el uso de una jeringa. La utilización del humidificador es necesario especialmente en ambientes secos, lugares de descanso o donde se desarrolle la actividad vocal y se mantenga dicha característica.

Volumen o intensidad de la voz

El grito o aumento excesivo de la intensidad vocal en compensación, el desarrollo de nuestra actividad en ambientes más o menos ruidosos, con mayor o menor reverberación sonora, el concepto de autopercepción o monitoreo auditivo durante el uso de la mascarilla ligado al desconocimiento del número de decibelios que cada tipo de mascarilla nos reduce son ingredientes primordiales e influyentes en esta variable comúnmente llamada volumen de la voz.

Lo cierto es que las mascarillas ocultan nuestra percepción de la voz, provocando que las frecuencias más agudas de nuestra emisión sean disfrazadas y las frecuencias graves salgan con más éxito al exterior. Esto es clave en cuanto a sonoridad e inteligibilidad, sustentos clave para una comunicación efectiva. Estudios recientes determinan una pérdida de entre los 3 y 15 decibelios, siendo la mascarilla quirúrgica la más ventajosa mientras que la EPI y las mascarillas son reconocidas como barreras. Es cierto que la disminución de decibelios y la consecuente elevación de la intensidad de la voz carecen de una relación suficientemente sólida que evidencie dicha intención. Por ello, el problema se sitúa más en nuestra autopercepción auditiva o en el desajuste general o específico en la técnica vocal.

Como consejo, siempre que la protección no se vea afectada y nuestro entorno lo permita, las mascarillas quirúrgicas serán las más convenientes, con especial mención a la docencia. En el caso de vernos obligados a llevar mascarillas homologadas tipo FFP2, será aconsejable realizar descansos, dinámicas variadas, o alternar con mascarillas quirúrgicas al final de cada actividad vocal intensa. Aquellas personas cuyo ejercicio se lo permita y precisen de una buena proyección vocal como los educadores, deberán usar micrófonos inalámbricos al igual que un buen equipo de sonido. Actualmente, existen multitud de ejemplares económicos y totalmente efectivos.

En cuanto a la tele práctica y a la comunicación mediante videollamadas, el uso de auriculares nos otorgará un feedback auditivo de mejor calidad, además, la gran mayoría consta de un micrófono emplazado cerca de nuestra cavidad oral, lo que brindará eficacia a la comunicación.

El buen uso de la voz

La prevención vocal juega indiscutiblemente un papel ventajoso en los trastornos de la voz. Cualquier molestia vocal manifestada como dolor, picor, carraspeo, sequedad, inflamación o variación de la calidad vocal debe ser estudiada por un otorrinolaringólogo y posteriormente, si este lo cree conveniente, remediada o rehabilitada por el logopeda especializado en dicho ámbito. 

Para nuestra salud vocal, es crucial que ninguno de estos síntomas sea ignorado, siempre y cuando no se trate de un proceso catarral o similar.

Mariela Astudillo Ramírez
Top Doctors

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