Beneficios del uso de las bicicletas eléctricas para el medio ambiente

Estos alegan que, a través del uso de la bicicleta eléctrica en núcleos urbanos, es posible evitar los atascos sin tener que sufrir el sobreesfuerzo que requiere el hecho de pedalear.

No es ningún secreto que el mundo se está electrificando. El abusivo aumento de precio del combustible debido a cuestiones como la guerra de Ucrania, ha hecho que aumente el número de coches eléctricos que circulan por nuestras calles de una forma estrepitosa.

A día de hoy, aproximadamente el 95% del transporte mundial depende de primera mano de combustibles fósiles contaminantes, lo que representa un porcentaje preocupante para la salud de nuestro planeta, teniendo en cuenta la gran cantidad de gases nocivos que estos vehículos liberan a la atmósfera diariamente.

Y ante esta problemática, uno de los principales compromisos de la Unión Europea para las próximas décadas, es que las firmas automovilísticas dejen de producir y vender coches de combustión interna a partir del año 2035.

Coches eléctricos vs bicicletas eléctricas

Es cierto que los coches eléctricos son muy útiles en casos en los que son varias las personas que necesitan desplazarse de un punto A a un punto B. Pero en el caso de ser una sola la que requiera de este servicio, las bicicletas eléctricas no hacen más que ofrecer ventajas frente a sus parientes de cuatro ruedas.

En primer lugar, las bicicletas eléctricas suponen una alternativa mucho más sostenible que los coches eléctricos, debido a que las emisiones de gases de efecto invernadero liberadas por las primeras, son mucho menores que las liberadas por los segundos.

En segundo lugar, es digno de tener en cuenta el impacto positivo que las bicicletas eléctricas tienen en la salud. Aunque es cierto que, frente a una bicicleta convencional, la fuerza que se ejerce en el pedaleo de una bicicleta eléctrica es menor, frente a un coche eléctrico, ya supone un ejercicio extra.

En tercer lugar, las bicicletas eléctricas son mucho más manejables y cómodas a la hora de transitar por las calles de una gran ciudad, debido a sus contenidas dimensiones. Esta ventaja de tamaño también se ve reflejada en su almacenaje, pues no hace falta disponer de una plaza de garaje para estacionarla, con el consecuente ahorro que esto supone en caso de no contar con este servicio en la propia vivienda.

Y, por último, pero no menos importante, entra en juego el aspecto económico. Aunque es cierto que una bicicleta eléctrica no es precisamente un objeto barato, en comparación con el coste que puede representar un coche eléctrico a día de hoy, resulta una opción muy interesante a tener en cuenta.

Ayudas para las bicicletas eléctricas en España

Gracias a todas las ventajas que ofrece este medio de transporte, algunos ayuntamientos están dotando de subvenciones a los usuarios de vehículos electrificados, con la finalidad de incentivar su compra y su uso.

El problema reside en que, a pesar de que estos planes de subvención son a nivel nacional, muchas comunidades no han aplicado aun esta iniciativa, por lo que es posible que en tu comunidad autónoma no recibas ningún tipo de subvención por tu compra.

Las primeras comunidades autónomas en activar el plan han sido Madrid y Valencia. Tras ellas, se han sumado la Xunta de Galicia y el gobierno de Elche. Hay que recalcar que dependiendo del ayuntamiento del que proceda la ayuda, la cantidad recibida variará. En el caso de la Comunidad de Madrid, la ayuda ofrecida será del 50% del total del importe, con un límite de 600€, y en el resto de las comunidades ya nombradas, exactamente igual, solo que el límite de la Xunta de Galicia es de 500€, el de la Comunidad Valenciana es de 200€, y en el caso de Elche, la cantidad dependerá del rango de precio de la bicicleta eléctrica que adquiera el usuario en cuestión.

La pregunta más común en estos casos es, ¿cómo puedo solicitar la ayuda? ¿Será un procedimiento muy engorroso? Pues para sorpresa de todos, se trata de un procedimiento extremadamente sencillo. Tan simple como adquirir la bicicleta en alguno de los establecimientos que se encuentren vinculados al plan propuesto por su comunidad. A partir de ahí, será el propio establecimiento el responsable de encargarse de todo el proceso.