Electroencefalograma

Electroencefalograma

Es un estudio de la función cerebral que recoge la actividad eléctrica del cerebro, en situación basal y con métodos de activación como la hiperventilación y la fotoestimulación. A veces se registra también el sueño. La señal eléctrica recogida se amplifica y representa en forma de líneas, interpretándose la actividad de las distintas áreas cerebrales a lo largo del tiempo.

Dr. Jorge Iriarte Franco
Especialista en Neurología y Neurofisiología Clínica
Consultor Clínico. Departamento de Neurología y Neurocirugía
CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA

¿Qué es?

Es un estudio de la función cerebral que recoge la actividad eléctrica del cerebro, en situación basal y con métodos de activación como la hiperventilación y la fotoestimulación. Es conveniente también registrar durante el sueño. La señal eléctrica recogida se amplifica y representa en forma de líneas, interpretándose la actividad de las distintas áreas cerebrales a lo largo del tiempo. Existen patrones normales, y patrones anormales que hacen sospechar lesiones o enfermedades características. Es por tanto un medio de diagnóstico funcional de enfermedades cerebrales complementario a otros estudios, especialmente los radiológicos (TAC, Resonancia Magnética). Para recoger la señal eléctrica cerebral se utilizan electrodos colocados en el cuero cabelludo, a los que se añade una pasta conductora para posibilitar que la señal eléctrica cerebral, que es de una magnitud de microvoltios, se pueda registrar y analizar en el electroencefalógrafo. Los primeros ECG (el primero en personas se realizó en 1929, en Alemania) y hasta hace pocos años se realizaban en papel; sin embargo en la actualidad es mucho más utilizado el ECG digital, pues permite mejor almacenaje y análisis de los datos. Además de los registros habituales, se realizan electroencefalogramas de 24 horas, o estudios de electroencefalografía y vídeo durante 1-6 días. En estos casos la técnica es similar, pero se exige más colaboración al paciente, ya que debe permanecer controlado durante todo el tiempo del estudio.

¿Cómo se realiza?
El ECG es un procedimiento sencillo. Unicamente no puede realizarse en pacientes con alergia a los materiales que se colocan adheridos al cuero cabelludo (pasta conductora, metal de los electrodos, plástico o goma del casco), lo cual es muy poco frecuente. El paciente es recibido en el Servicio de Neurofisiología en cualquier momento del día, sin necesidad de ninguna preparación especial o requerir ayuno. Se le colocan los electrodos según el sistema disponible en el hospital, habitualmente con un gorro de goma o plástico o bien con electrodos pegados individualmente. Después el paciente se sienta en el sillón de la sala de ECG y se comienza el registro. La actividad cerebral debe registrarse en reposo, con ojos cerrados y abiertos, y en maniobras de activación, que son la hiperventilación (respiración profunda) durante 3 minutos, y la estimulación con una luz tipo flash a distintas frecuencias. En ocasiones, hay que acudir al ECG después de haber dormido poco durante la noche anterior; lo puede solicitar el médico cuando se buscan algunas anomalías que se provocan con la falta de horas de sueño. El ECG dura en total unos 15-25 minutos. Después se quitan los electrodos y el paciente puede seguir sus actividades normales. Puede quedar algo de pasta en el pelo, o la marca en la piel por la presión de los electrodos; ambos problemas son mínimos y se solucionan en unos minutos, al peinar, y ya completamente al lavar la cabeza. No se suele requerir lavar el pelo a continuación del ECG, ya que la sensación molesta suele ser leve.

¿Para qué sirve?
El ECG sirve para observar el funcionamiento eléctrico cerebral. Por lo tanto será de interés conocer su normalidad o no en pacientes con alteración de las funciones cerebrales, bien de forma persistente o bien de modo episódico. Puede detectar alteraciones de todo el cerebro o de algunas áreas, es decir podrá servir para observar alteraciones en lesiones (tumores, hemorragias, encefalitis, traumatismos entre otras) y lesiones difusas (tóxicas, metabólicas, infecciosas etc). Es decir, es fundamental realizar el ECG en pacientes cuyos síntomas o quejas sean deterioro del nivel de conciencia (somnolencia, estupor, coma), pérdida de facultades intelectuales (pérdida de memoria, demencia) o episodios que hagan sospechar crisis epilépticas (ya que la epilepsia es una enfermedad en la que el cerebro descarga de modo brusco impulsos eléctricos produciendo los ataques). En pacientes con episodios peculiares el ECG fuera del episodio y especialmente durante el episodio ayudará al diagnóstico de epilepsia o no (hay otras enfermedades que pueden semejar epilepsia, como síncopes, migraña, trastornos del sueño, trastornos del control motor (tics, mioclonías), procesos psiquiátricos, trastornos endocrinos (como el feocromocitoma o el síndrome carcinoide) etc). Además el ECG es muy útil en casos de intoxicaciones y otras enfermedades que pueden afectar al cerebro de modo difuso. En niños, especialmente en recién nacidos, es fundamental para detectar anomalías tanto por poder detectar daños establecidos, como para señalar defectos en la maduración y crecimiento cerebral. En pacientes con otros síntomas los ECG pueden ayudar a conocer mejor la enfermedad, el daño que están produciendo y si existen más riesgos, siendo complementarios a los métodos diagnósticos de imagen cerebral; entre ellos van a estar por ejemplo la cefalea, nerviosismo, inestabilidad, que pueden ser manifestaciones bien de enfermedades de buen pronóstico o de lesiones más graves.

En cada paciente hay que pensar qué es lo que se quiere descartar para adecuar las condiciones del registro. En algunos pacientes será preciso registrar sueño, y en ocasiones de modo prolongado durante toda la noche, 24 horas o más, para observar si existe actividad que haga sospechar la presencia de procesos epilépticos.

Precauciones y riesgos
Como se ha explicado las precauciones y riesgos son mínimos. Es conveniente no llevar un peinado muy especial, porque quizá haya que frotar más los electrodos si hay más resistencias por tintes o productos usados en el cuero cabelludo. Si ha presentado alergia a algún componente hay que avisarlo. Asimismo, es posible que en algunos pacientes la fotoestimulación o la hiperventilación puedan desencadenar episodios peculiares; por eso es conveniente avisar si ya se conoce dicha propensión.

Los riesgos son los posibles por las alergias, y por la posibilidad de presentar algún episodio anormal.

Artículo facilitado por:
Clínica Universidad de Navarra

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