Biografía de Manolo Escobar. Del Porompompero a la gloria

Infancia y primeros pasos

Manuel García Escobar nació el 19 de octubre de 1931 en El Ejido, Almería, en el seno de una familia humilde con diez hermanos. Su infancia transcurrió durante los difíciles años de la posguerra. Desde muy joven sintió inclinación por la música, influido por su padre, que tocaba varios instrumentos.

A los 14 años se trasladó a Barcelona con algunos de sus hermanos en busca de un futuro mejor. Allí trabajó en diversos oficios, pero nunca dejó de lado su pasión por el arte. Aprendió música de forma autodidacta y, junto a algunos de sus hermanos, formó un pequeño grupo musical con el que empezó a actuar en fiestas populares y salas pequeñas.

El nacimiento del artista

La carrera de Manolo Escobar comenzó a tomar forma profesional en 1956, cuando fundó el grupo Manolo Escobar y sus guitarras, junto a sus hermanos Salvador y Baldomero. La formación tuvo éxito en la escena local catalana y pronto comenzó a expandirse por otras regiones de España.

Su voz potente y su carisma en el escenario llamaron la atención de discográficas, y en 1962 grabó su primer gran éxito: El porompompero. Esta canción lo catapultó a la fama en todo el país y marcó el inicio de una etapa dorada en su carrera.

Consagración y cine musical de Manolo Escobar

Durante los años 60 y principios de los 70, Manolo Escobar se consolidó como uno de los artistas más populares de España. Su estilo, entre la copla, la canción española y el pasodoble, conectó profundamente con el público.

En este periodo, grabó algunos de sus mayores éxitos, como Mi carro, La minifalda, Y viva España o Madrecita María del Carmen. Su música sonaba en todas las radios, fiestas y verbenas del país.

Además, fue protagonista de numerosas películas musicales, como Los guerrilleros (1963), Pero... ¿en qué país vivimos? (1967), Cuando los niños vienen de Marsella (1974), entre muchas otras. Estas películas, aunque de corte popular, ayudaron a consolidar su imagen de artista cercano y familiar.

Un ídolo del pueblo

Aunque el panorama musical empezó a cambiar en los años 80, con la llegada de nuevos estilos y artistas, Manolo Escobar mantuvo una sólida base de seguidores. Se convirtió en un símbolo de la España popular, especialmente entre las clases trabajadoras y el público de mayor edad.

Sus giras por toda España eran multitudinarias, actuando tanto en grandes recintos como en fiestas patronales de pueblos pequeños. Durante esta etapa, su repertorio se enriqueció con versiones de sus grandes éxitos y temas nuevos que seguían conectando con su audiencia.

En 1983, vivió un duro golpe económico cuando fue víctima de una estafa inmobiliaria que lo dejó en bancarrota. A pesar de ello, no dejó de trabajar y supo reinventarse, demostrando su profesionalidad y pasión por el oficio.

Reconocimiento y legado

Los últimos años de su carrera estuvieron marcados por el reconocimiento institucional y popular. En 2011, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) le concedió la Medalla de Honor, y recibió múltiples homenajes por parte de ayuntamientos y entidades culturales.

A pesar de su edad y algunos problemas de salud, siguió actuando hasta poco antes de su fallecimiento. Su última gira, Manolo Escobar: toda una vida, fue una emotiva despedida de los escenarios.

Manolo Escobar falleció el 24 de octubre de 2013, a los 82 años, en Benidorm, donde residía desde hacía décadas. Su muerte fue muy sentida en toda España y generó una gran ola de cariño y homenajes en medios y redes sociales.

Manolo Escobar no solo fue un cantante; fue un referente de la música popular española durante generaciones. Su voz, su simpatía y su carácter honesto lo convirtieron en un artista querido por todos. A día de hoy, canciones como Mi carro o Y viva España siguen sonando con fuerza en las fiestas populares, recordándonos que su legado musical y humano sigue muy vivo.