Prevención de riesgos para garantizar la seguridad de la persona dependiente

Prevención de riesgos para garantizar la seguridad de la persona dependiente

La dependencia funcional y cognitiva genera unos riesgos ante la seguridad de la persona que conviene conocer para prevenir que no se produzcan, aplicando un conjunto de medidas en el domicilio ya sea por ella misma como por su cuidador no profesional.

Los principales riesgos que deberemos abordar son el riesgo de tener caídas, de desarrollar úlceras por presión, de presentar una broncoaspiración o de cometer errores de medicación, y vamos a comentarlos a continuación: 

Riesgo de caídas

Las caídas son uno de los problemas más importantes y frecuentes entre las personas mayores, que puede comportar severas consecuencias, como son las fracturas de cadera o de muñeca, los traumatismos craneales... o simples contusiones, pero con marcado dolor que incrementará la dificultad en la movilidad. Los lugares más frecuentes de las caídas son en el propio dormitorio al levantarse de la cama, en el baño o al sentarse en un sillón o butaca.

Evitaremos las caídas si:

  • Nos levantamos lentamente de la cama o sofá.
  • Utilizamos calzado cerrado, sin tacones y bien puesto.
  • No tenemos prisa en hacer las actividades de higiene diaria: baño, vestido...
  • No nos levantamos tras tomar la medicación sedante que tenemos pautada.
  • No nos agarramos del toallero o los pomos de las puertas y utilizamos las ayudas técnicas como el andador, bastones...
  • Utilizamos nuestras gafas o audífonos.
  • Vamos al lavabo cada 2 o 3 horas para así evitar urgencias.
  • Dejamos una luz encendida durante la noche que nos facilite ver el camino a seguir si nos levantamos.

Riesgo de úlceras por presión

Las úlceras por presión son una lesión de origen isquémico, es decir, por falta de riego sanguíneo, localizada en la piel y producida por la presión continuada o la fricción, produciendo dolor, riesgo de infección y aumentando la mortalidad de las personas mayores.

Evitaremos las úlceras por presión si:

  • Vigilamos nuestro estado nutricional, controlando el peso, garantizado unas ingestas adecuadas y utilizando suplementos proteicos si fuera necesario por indicación médica.
  • Somos muy cuidadosos en la higiene de la persona, con frecuente secado e hidratación de la piel.
  • Supervisamos la incontinencia y aseguramos el cambio de absorbente si presenta deposición o supera su capacidad de absorción.
  • Evitamos los pliegues en las sábanas de la cama o de la ropa que utilizamos.
  • Realizamos repetidos cambios de la postura y colocamos cojines separadores tanto en la cama como en el sillón o silla de ruedas.
  • Utilizamos un colchón especifico ante personas con elevado riesgo de desarrollar úlceras.

Riesgo de broncoaspiración

La disfagia o dificultad para deglutir es un síntoma habitual entre las personas mayores, especialmente si han presentado un ictus o tienen una demencia con el alto riesgo de presentar una broncoaspiración. Es decir, que la comida se vaya a los pulmones con la probabilidad de presentar una neumonía y/o dificultad respiratoria secundaria.

Evitaremos la broncoaspiración si:

  • Nos aseguramos que estamos suficientemente despiertos para comenzar a comer.
  • Nos sentamos lo más erguido posible, con la cabeza vertical y la barbilla ligeramente hacia abajo que configure un ángulo de 45º para facilitar la deglución del alimento.
  • No utilizamos pajitas ni jeringas para ingerir bebidas e incorporamos espesante si es necesario por indicación médica.
  • La dieta debe contener alimentos blandos y con una textura homogénea, sin grumos, y evitando las semillas, espinas o hierbas.
  • Tomamos volúmenes pequeños de comida y utilizamos cuchara.
  • Detectamos posibles signos de disfagia, como son la tos durante las ingestas, la retención de comida en la boca, los atragantamientos.

 Riesgo de errores de medicación

Las personas mayores suelen presentar múltiples patologías que requieren múltiples medicamentos para su tratamiento y que comporta un elevado riesgo de producirse errores que pueden causar daños en su salud.

Evitaremos los errores de medicación si:

  • Nos informamos y conocemos bien los medicamentos que utilizamos.
  • Notificamos nuestras alergias cuando se nos prescribe un nuevo medicamento.
  • Guardamos los medicamentos en sus envases originales.
  • Nos aseguramos que vemos correctamente qué medicamento estamos tomando, pues existen muchos comprimidos, ampollas o envases con formas y colores parecidos.
  • Respetamos el horario de tomar la medicación. Si nos olvidamos alguna toma, mejor que esperemos a la próxima antes que tomar una dosis doble.
  • No guardamos medicamentos en forma de crema o pomada junto a nuestros productos de higiene personal, pues nos podríamos confundir.
  • Leemos el prospecto o consultamos con nuestro médico ante cualquier duda antes de tomar el medicamento.
  • Nos hacemos una lista de los medicamentos que estamos tomando con el nombre, la dosis, cuándo debo tomarlo y durante cuánto tiempo, que modificaremos cada vez que nos pauten un nuevo fármaco.
  • Preparamos la medicación con un sistema de dosificación unitaria diaria, ya sea por usted, por un familiar o idealmente por su farmacéutico.

Por nuestra seguridad en casa, la prevención de riesgos.

Dr. Ignasi Coll Rolduà
Especialista en Medicina Interna y en Geriatría, que ejerce en su propia consulta privada y también en los centros sociosanitarios PRYTANIS y en el Hospital de Barcelona, y miembro de Top Doctors https://www.topdoctors.es/doctor/ignasi-coll-roldua

 

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