Cómo vivir con tus hijos y nietos en la misma casa y no morir en el intento

Cómo vivir con tus hijos y nietos en la misma casa y no morir en el intento

La crisis económica, la escasez de ingresos, un divorcio o las necesidades de dependencia de algunos mayores hace que en una misma casa hayan de convivir varias generaciones: abuelos, padres y nietos. Bien sea que tus hijos con los nietos hayan tenido que venir a tu casa o seas tú quien se haya mudado a casa de algún hijo o hija, vamos a analizar cómo compartir un mismo espacio de la mejor forma posible.

Consejos de convivencia para abuelos, padres y nietos que viven en la misma casa

En Plusesmas te contamos algunos consejos para poder vivir con tus hijos y nietos en la misma casa y no morir en el intento.

Y es que, si bien es cierto que durante muchos años, vivir en grupos multigeneracionales era algo normal, hoy en día, los padres cada vez más rechazan la idea de que el abuelo o la abuela se muden con ellos una vez que han quedado viudos. En cualquier caso, es algo que sigue dándose en muchas familias, junto con la circunstancia de que la dificultad económica u otras circunstancias de la vida hna obligado a muchas familias a mudarse con los abuelos.

¿Cómo gestionar la convivencia cuando queda poco espacio para la privacidad y se dan distintos puntos de vista casi a diario sobre diferentes cuestiones?

Mantén una conversación previa

Si vais a iniciar una convivencia en la que suegros y nuera o yerno, padres e hijos, abuelos y nietos van vivir bajo el mismo techo, es fundamental sentarse a charlar sobre esta nueva situación. 

Es importante acordar qué responsabilidades tendrá cada uno, cuáles son los límites y normas, qué horarios se van a manejar para las distintas tareas, quién decide qué, etc. 

Cuanto más claro esté todo y más pactos se hagan sobre la convivencia, mejor será para todos.

Muérdete la lengua

Aquello de "es mi casa, son mis reglas" es un lema fácil de sacar a paseo cuando hay un conflicto. Sin embargo, por el bien de la convivenca, sobre todo si la situación ha de persistir en el tiempo, es preferible optar por callarse en muchos momentos. Ten en cuenta además, que tus hijos tienen el estrés añadido de la paternidad, de los niños pequeños, los problemas del trabajo... Ten paciencia y no entres en todas las batallas.

Mantente al margen de los conflictos que no vayan contigo y nunca vayas por detrás malmetiendo entre unos y otros.

Deja espacio a tus hijos

Una familia joven necesita de su espacio. Por lo tanto, si puedes salir de forma autónoma, haz por dar paseos, quedar con amigos o ir al cine, y así dejar a tus hijos y sus hijos solos durante un rato de vez en cuando. Ellos agradecerán ese espacio común, para desarrollar sus propios lazos y su propio vínculo.

No des lecciones educativas

Ya has educado a tus hijos, no intentes educar a tus nietos, sobre todo cuando tus métodos contradicen los de sus padres. Por más injusto, fuera de tono o laxo que te parezca, son tus hijos los encargados de tomar las medidas educativas que consideren oportunas con sus hijos. Evita además, hacer lo opuesto a lo que te pieden, cuando no están los padres. Los niños hablan, y mucho.

Trata de adaptarte a la nueva situación

Bien sea que tus hijos han "ocupado" tu casa, o seas tú quien se ha mudado a la suya. Es probable que la situación no sea del agrado de todos, más aun cuando se va prolongar en el tiempo. Cuanto antes te adaptes a los cambios y asumas la nueva situación, mejor. Todo será más sencillo, dentro de la dificultad. Acéptalo, esto es así, solo has de intentar que salga lo mejor posible. 

Intenta ver el lado positivo de esta experiencia

La convivencia no es fácil, pero también tiene puntos positivos. Ver crecer a tus nietos, vivir en compañía y compartir el cariño con los tuyos, es algo que no tiene precio. 

En lugar de quejarte por los inconvenientes, mira siempre el lado bueno de la situación y todas las cosas bonitas que puedes vivir a diario.

Mucha empatía

Si la situación no es de tu agrado o comienzas a tener roces, ponte siempre en el lugar del otro. Piensa cómo puede sentirse tu nuera o tu yerno al convivir con alguien que no es de su familia directa. Puede que también sienta que no tiene intimidad, ni autonomía. Quizás muchos de los conflictos que puedan surgir en la convivencia, se puedan solucionar entendiendo a la otra persona y tendiendo una mano.

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