Cómo mejorar la autoestima en personas mayores

La autoestima es la percepción que uno tiene de sí mismo. Una persona con una autoestima alta será capaz de superar adversidades, retos y vivir la vida de una manera más positiva. Por otro lado, las personas con baja autoestima experimentan desasosiego ante cualquier problema, ven la vida cuesta arriba y se sienten inferiores al resto.

Quererse a sí mismo es importante a cualquier edad, pero durante el envejecimiento la falta de autoestima supone uno de los principales problemas a superar.

Mientras crecemos, las experiencias que vamos acumulando, el conocimiento de nosotros mismos y el ver cómo superamos los obstáculos que nos va poniendo la vida, son algunos de los factores que fortalecen la autoestima. Sin embargo, las personas mayores empiezan a perder esa concepción de sí mismos y muestran más inseguridades.

Es importante reforzar la autoestima de las personas mayores ya que, gracias a ella serán capaces de afrontar los retos con mayor confianza y tendrá un beneficio en su calidad de vida.

Por qué pierden la autoestima las personas mayores

El descenso de la autoestima no es algo que suceda de repente, sino que es algo paulatino según avanzamos en edad y, normalmente, está causado por los acontecimientos naturales del envejecimiento.

Estas son algunas de las causas por las que las personas mayores pierden la autoestima.

1.- Enfermedad

Las enfermedades propias de la madurez, como son la artritis, la diabetes, los problemas cardiovasculares... impiden que podamos tener una vida con la misma actividad que antes. No tener una vida tan activa como antes conduce en muchas ocasiones a la apatía y el aburrimiento. Esa sensación de ser menos útiles, en ocasiones, puede desembocar en depresión.

2.- Pérdida de movilidad o sensoriales

Uno de los mayores inconvenientes en las personas mayores es la pérdida de movilidad provocada por la falta de actividad diaria o por enfermedades. La pérdida de oído o visión propia de la edad también provocan una sensación de inseguridad en las personas mayores que culmina en una falta de autonomía y, por tanto, de falta de autoestima.

3.- La soledad

La soledad es uno de los grandes enemigos de las personas mayores. La pérdida de los seres queridos y la dificultad para hacer nuevas amistades nos encaminan hacia una sensación de soledad y abandono.

4.- La falta de apoyo emocional

La falta de atención por parte de familiares o amigos también alimenta el sentimiento de soledad. Las personas mayores empiezan a sentir que son una carga familiar y se sienten poco valorados, algo que contribuye a la pérdida de autoestima.

5.- Problemas económicos

La falta de actividad debido a la jubilación, así como problemas económicos, dañan en la autoestima en cualquier edad. Esto se hace especialmente relevante en las personas mayores, ya que su edad activa en el trabajo ha concluido y se ven impotentes para poner freno a esa situación de desamparo.

Cómo combatir la baja autoestima en las personas mayores

La bajada de la autoestima en la vejez tiene efectos muy negativos en nuestras vidas. Algunos de los síntomas que experimentan las personas con baja autoestima son tristeza, apatía, sensación de incompetencia, incapacidad para superar nuevos retos o problemas en el día a día, sentir que no sirven para nada, nunca estar satisfechos consigo mismos, y dar una valoración excesiva del físico al no sentirse a gusto con su cuerpo.

Debemos combatir esta falta de autoestima para poder disfrutar de esta última etapa de la vida con la misma alegría que en todas las demás. Pero, ¿qué podemos hacer para reforzar la autoestima en los mayores?

Mantenerse activo mentalmente

Tener hobbies que nos distraigan, seguir proponiéndose retos alcanzables, o aprender algunas cosillas que nos quedaron pendientes, pueden dar muchas satisfacciones personales.

Las personas mayores sienten que el mundo se mueve demasiado deprisa a su alrededor y deciden no sumarse a ese ritmo tan frenético. Aprender a manejar el teléfono móvil, el mando de la televisión o internet son algunos de esos pequeños retos con los que podemos sentir que todavía formamos parte importante de esta sociedad.

El ejercicio físico en exteriores

Dar paseos, tener una rutina de ejercicios ligeros, acudir a clases de pintura o manualidades... nos mantiene en contacto con otras personas y nos hacen estar más activos, tanto mentalmente, como físicamente. Además, ayuda a combatir la soledad y la sensación de que ya no podemos vivir la vida plenamente.

Apoyo emocional

La mayoría de nosotros necesitamos aprobación por parte de los demás para sentirnos bien con nosotros mismos. La familia podemos apoyar a nuestros mayores de muchas formas. Podemos hacerles partícipes de las decisiones familiares, hacerles saber que son importantes y dejar que sean útiles en nuestra vida es vital para que se sientan realizados.

Participar en el cuidado de los nietos, contar cuentos, dar consejos y valorar sus opiniones es suficiente para hacerles sentirse bien.

También es importante no tratarles como a niños. Dejar que tomen sus propias decisiones, respetar su espacio y su intimidad, y estar con ellos cuando nos necesitan les ayuda a sentirse valorados.

Una autoestima alta en la madurez puede ayudarnos a vivir más felizmente esta etapa. Nos empuja a afrontar los problemas venideros y a estar más positivos ante esta nueva etapa de la vida.

Patricia Fernández
Periodista