Aunque no haya síntomas, hay que hacerse un chequeo anualmente

Revisiones médicas tras la jubilación

Revisiones médicas tras la jubilación

Si durante los primeros años de nuestra vida el control médico es frecuente (vacunas, revisiones escolares…), ¿por qué prescindir de él cuando presumiblemente aumenta el nivel de riesgo?

En la lucha por ganar la batalla a la enfermedad, la mayor parte de los expertos cree que el chequeo es un arma imprescindible. Las revisiones sistemáticas, junto con los cambios en el estilo de vida, son intervenciones mucho más eficaces que el más potente de los fármacos.

A partir de los cincuenta años se aconseja una revisión anual, con el objetivo de descartar cualquier trastorno o lograr un diagnóstico precoz de cualquier enfermedad, la mejor fórmula para conseguir una vida más larga y saludable.

Las pruebas a realizar habrán de ser prescritas por el médico, en función de la edad y de los antecedentes personales.

Como norma general, un chequeo general debe incluir una analítica básica, un electrocardiograma y la toma de la tensión. Los análisis deben revisar las cifras de glucosa, colesterol, creatinina (para evaluar la función renal) y las defensas, en busca de anemia.

Las mujeres, además, habrán de realizarse con carácter anual una revisión ginecológica, que incluya una citología, para detectar un cáncer de cuello de útero, una densitometría, que evite una osteoporosis, y una mamografía, que detecte un cáncer de mama en estado precoz.

Los hombres, por su parte, deben someterse anualmente a una revisión del estado de la próstata. Como se sabe, el cáncer de próstata presenta unos síntomas que tardan muchos años en manifestarse. Por este motivo, es muy importante que las personas que tienen posibilidades de contraer la enfermedad se sometan a exámenes médicos de forma frecuente. Es importante recordar el hecho que el hombre tiene mayores posibilidades de padecer la enfermedad a medida que envejece. A través de un examen digital (palpamiento en la zona afectada) o un análisis de sangre especial, se puede llegar a detectar la enfermedad antes de que los síntomas se presenten. Tras una revisión física general, el urólogo hará preguntas sobre los síntomas y antecedentes médicos, y procederá a realizar algunos de los siguientes exámenes:

  • Examen rectal digital (tacto rectal)

  • Análisis de sangreo prueba de determinación del antígeno prostático específico

  • Examen de orina. Con una muestra de orina, el médico puede determinar si ésta tiene sangre o señales de alguna anomalía.

  • Ecografía transrectal (TRUS). Uso de ondas sonoras para crear una imagen de la próstata en una pantalla de vídeo en la que se podrán detectar pequeños tumores. La colocación de la sonda en el recto puede ser incómoda, pero no dolorosa. La prueba se efectúa en la consulta médica y su duración oscila entre 10 y 20 minutos.

  • Biopsia de próstata. El diagnóstico del cáncer de próstata sólo puede confirmarse tomando una muestra de tejido (biopsia). La biopsia consiste en la inserción de una aguja en la próstata con la intención de extraer parte de su tejido celular y analizarlo. Este análisis permite confirmar o descartar la existencia de la enfermedad.

Leer más:
Prevenir las enfermedades tras la jubilación
Trastornos de la visión
Cuida tu corazón
Tu salud, garantizada
Elegir un seguro médico
Previene y combate la osteoporosis
Los medicamentos y la jubilación
Prevención contra el cáncer
Cuidado con la artritis

Artículo recomendado

Buscador gratuito de residencias

Buscador gratuito de residencias

Encuentra la residencia que encaja con tus necesidades. Puedes filtrar por preferencias, ver los servicios y fotos de cada centro e incluso contactar...

Relacionados

Comentarios