¿Tus hijos necesitan dinero? Cómo gestionar los préstamos

¿Tus hijos necesitan dinero? Cómo gestionar los préstamos

La crisis, la precariedad laboral, el coste de la vida y otras circunstancias similares complican la economía de muchos jóvenes que se ven abocados a pedir prestado dinero a sus padres para poder hacer frente al fin de mes. ¿Es tu caso? Veamos cómo gestionar los préstamos a los hijos que necesitan dinero cuando esto puede comprometer tus propios ahorros.

Una encuesta realizada por CreditKarma confirmó lo que parece una obviedad: muchos jóvenes necesitan depender económicamente de sus padres, quienes siguen financiándoles aunque vivan fuera de casa.

Según esta encuesta: 

- El 31% de los padres con hijos mayores de 18 años actualmente mantienen económicamente a sus hijos 

- El 69% de los padres que mantienen financieramente a sus hijos adultos dicen que les causa estrés financiero.

- Casi una cuarta parte de los padres que mantienen financieramente a sus hijos adultos dicen que les proporcionan una asignación o cheques regulares (24 %).

Esto pone de relevancia que muchas personas mayores pueden ver comprometidos sus ahorros o su estabilidad financiera al tener que ayudar a sus hijos de forma frecuente. Más aun en una sociedad como la española en la que ayudar a la familia es una norma no escrita pero sí muy instaurada en nuestro ADN, a diferencia de sociedades como la estadounidense, donde muchas familias se disgregan una vez se independizan los hijos.

Cómo ayudar a los hijos que necesitan dinero sin comprometer los ahorros

Si tu hijo o hija ha acudido a ti en busca de ayuda económica porque no puede llegar a fin de mes, es importante realizar ciertas valoraciones. Cerrar los ojos y prestar el dinero sin condiciones, sin saber para qué o si es un dinero a fondo perdido o se recuperará no es la opción. Conviene que tengas en cuenta estos consejos: 

Sentarnos a hablar

Es importante saber para qué necesita el dinero, ¿es para pagar una ortodoncia de tu nieto o es para un viaje con la familia?, ¿es para pagar la factura de la electricidad antes de que la corten o es para comprar algún capricho? Cuando uno tiene el dinero de la jubilación y algunos escasos ahorros, no puede permitirse el lujo de vivir con menos para que nuestros hijos disfruten cómodamente, por lo tanto hemos de valorar la importancia de ese préstamo y a qué irá destinado.

También debemos saber si es algo puntual o si nuestro hijo o hija necesita una ayuda constante durante unos meses, para poder valorar con cuánto dinero podemos colaborar a esa precariedad económica.

De igual manera, hemos de ser conscientes para evitar malentendidos, de si es un dinero a fondo perdido o podrá devolverlo con el tiempo

Cuanto más clara esté la situación por más incómoda que sea la charla de dinero, será mejor para todos y evitará malentendidos o conflictos futuros.

¿Y si tenemos varios hijos?

Puedes sentirte incómoda/o al tener que prestar dinero a un hijo mientras que otros no están recibiendo ese aporte económico. Para evitar desigualdades entre hermanos, lo ideal es dejar constancia por escrito del dinero que se está dando a uno e informar al otro hermano o hermana de la situación. Llevarlo en secreto es una mala opción que puede dar lugar a enfados familiares futuros.

Lo que podemos hacer para no crear un agravio comparativo entre hermanos, si no podemos dar lo mismo a ambos, es dejar claro al hermano/a que no recibe dinero de momento que se trata de un dinero que pertenece a la herencia y que se descontará de lo que perciba tras el fallecimiento. Es decir, que el hermano que pasa un mal momento económico está recibiendo por adelantado parte de su herencia, así, tras el fallecimiento, tendrá una parte y no un todo, mientras que el otro hermano o hermana, recibirá su herencia al completo.

No te sientas culpable de dar a uno y no a otro, hemos de aceptar que cada uno de nuestros hijos puede necesitarnos de formas distintas.

Analicemos... ¿Hasta qué punto puedes prestar dinero?

Siéntate a hacer tus propias cuentas para valorar qué dinero puedes prestar a tus hijos sin que ello suponga una dificultad para ti. ¿Podrás pagar tus facturas después de realizar el préstamo? Hemos de ser realistas de nuestra propia situación y, quizás, valorar otro tipo de ayuda. 

Hay familias que vuelven a acoger a los hijos en casa porque supone un alivio económico para todos.

Los préstamos tienen un límite

Revisar las condiciones en las que damos dinero a nuestros hijos no está de más. Es decir, si han pasado unos meses e incluso años y vemos que nuestro hijo/a no intenta poner de su parte para buscar un trabajo mejor remunerado y se ha acomodado con la situación, es hora de volver a sentarse para poner nuevos límites. 

Los hijos, puede que no sean conscientes del esfuerzo económico que resulta para un pensionista el prestar dinero y, cuando es algo que se extiende en el tiempo, esa sensación inicial sentirse mal o avergonzado, pasa. Por lo tanto, no está de más, dar un toque de atención cuando esto suceda.

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