7 claves para vivir más sano
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Nos quejamos de la memoria, pero seamos honestos: ¿cuánto tiempo hace que no la ponemos a trabajar, aunque sea con juegos y ejercicios de memoria? La respuesta puede ser «meses» o, quizás, «años». Así, no es de extrañar que esté algo oxidada. Con un poco de entrenamiento volverá a dar lo mejor de sí misma.
Números, letras, lógica, observación, crucigramas, sopas de letras, jeroglíficos... Todos los juegos y pasatiempos son buenos para la memoria. Todos exigen atención y cultura general.
Buscar, por ejemplo, el mayor número de palabras que comiencen por una misma letra es un juego que desarrolla la capacidad de asociación y la agilidad de la memoria. Jugar a las cartas, al dominó, a las damas o al ajedrez es fantástico para la memoria visual y las capacidades estratégicas.
Y es todavía mejor si uno se divierte y comparte la diversión con otras personas. Organizar reuniones familiares para jugar o reservarse unas horas a la semana para disfrutar con los nietos, inscribirse en un torneo de mus o de bridge... ¡Las oportunidades para que nuestras neuronas trabajen de forma agradable nunca faltan!
Imprime y pon en práctica estos sencillos ejercicios de memoria para mantener en forma tu cerebro.
Nos quejamos de la memoria, pero seamos honestos: ¿cuánto tiempo hace que no la ponemos a trabajar? La respuesta puede ser «meses» o, quizás, «años». Así, no es de extrañar que esté algo oxidada. Con un poco de entrenamiento volverá a dar lo mejor de sí misma.
Nos quejamos de la memoria, pero seamos honestos: ¿cuánto tiempo hace que no la ponemos a trabajar? La respuesta puede ser «meses» o, quizás, «años». Así, no es de extrañar que esté algo oxidada. Con un poco de entrenamiento volverá a dar lo mejor de sí misma.
Nos quejamos de la memoria, pero seamos honestos: ¿cuánto tiempo hace que no la ponemos a trabajar? La respuesta puede ser «meses» o, quizás, «años». Así, no es de extrañar que esté algo oxidada. Con un poco de entrenamiento volverá a dar lo mejor de sí misma.
Nos quejamos de la memoria, pero seamos honestos: ¿cuánto tiempo hace que no la ponemos a trabajar? La respuesta puede ser «meses» o, quizás, «años». Así, no es de extrañar que esté algo oxidada. Con un poco de entrenamiento volverá a dar lo mejor de sí misma.
¿Quién no tiene problemas de memoria? Extraviar las llaves o las gafas, tener una palabra «en la punta de la lengua», buscar desesperadamente un nombre, entrar a una habitación y no saber a qué se ha ido allí... Le pasa a todo el mundo, y no es un problema de la edad. Sin embargo, en determinados momentos de nuestra vida, esos pequeños problemas nos afectan más.