Cómo manejar tus emociones negativas ante la Navidad

Cómo manejar tus emociones negativas ante la Navidad

La Navidad representa un momento feliz para muchos. Pero para otros, ese período del año representa la manifestación de emociones más negativas

En cuanto la Navidad empieza a asomarse antes que llegue, de manera casi inconsciente empezamos a realizar un balance de cómo nos ha ido el año y de cómo lo cerramos ahora que acaba. La Navidad representa un momento de unión, festejo, y un halo de felicidad para muchos, pero para otros ese período del año representa la manifestación de emociones más displacenteras como la tristeza, la añoranza e incluso la soledad.

Carolina Lozano, especialista en Psicología, nos cuenta como durante esta época se incrementa entre la población la tasa de suicidios y depresión hasta en un 40%, según los datos publicados por el Instituto Nacional de la Salud de los Estados Unidos. Además, en España existen 4,6 millones de personas que viven solas, de los cuales casi un 42% son personas con más de 65 años. Por todo ello, es cierto que hay personas que son más sensibles a la época navideña, entre otras muchas razones.

¿Por qué nos sentimos mal en Navidad?

Las personas que son más sensibles durante la Navidad, pueden deberse a una mala gestión emocional o por motivos diversos psicológicos, que nos hacen ser más propensos a padecer distintos trastornos o síndromes:

  • Síndrome del villancico: de produce cuando la persona entra en conflicto con ella mismo por el simple hecho de no conectar con la Navidad y este hecho les provoca ansiedad o estrés.
  • Síndrome del Grinch: hace referencia a aquellas personas que sienten una gran aversión hacia la festividad. Odian todo lo que pueda relacionarse con ella y todo lo que tenga un significado navideño, como las luces de navidad, los adornos o los villancicos.
  • Trastorno afectivo emocional (TAE): es una patología con una prevalencia de entre un 1% y un 10% de la población y que está directamente relacionada con el cambio de una época del año a otra, generalmente en invierno.
  • Síndrome de la silla vacía: se produce cuando aparecen o sentimos emociones por la pérdida de un ser querido que se intensifican cuando empieza a haber un clima navideño.

Las causas de estos síndromes pueden provenir de múltiples factores, como por ejemplo las condiciones medioambientales, las campañas navideñas o el neuromarketing. También puede influenciar los motivos religiosos o la nostalgia por los que ya no están entre nosotros. Todos estos motivos pueden ser los detonantes para sacar el Grinch que llevamos dentro o desarrollar alguno de los trastornos mencionados.

¿Hay personas que odian la Navidad?

Puede haber, pero hay que tener en cuenta que será fruto de un pensamiento distorsionado de polarización, ya que no todo es siempre blanco o negro, por tanto, no se puede odiar o encantar la Navidad. Las personas que "odian" la Navidad, conectan con mayor facilidad con emociones como la pereza, el enfado, la tristeza o el desdén que implica la organización de este tipo de festividades. Este hecho hace que incremente el estrés, que haya una mayor predisposición a los conflictos y que las expectativas esperadas no sean la realidad.

¿Qué características puede tener una persona que no le guste la Navidad?

Como he comentado anteriormente, una persona que no le guste la Navidad puede manifestar una molestia abrupta ante cualquier tipo de organización relacionada con la misma festividad, nulo interés en ella y todo lo que esté relacionado con ese día. Además, puede manifestar un especial aislamiento ante cualquier actividad que implique algo relacionado con la Navidad, igual que a nivel emocional, donde la persona puede sentirse enfadada, triste, desanimada o tener sentimientos como los celos, la frustración o la apatía.

¿Por qué tienden a aislarse en ese momento del año?

Es una forma de sentirse seguro. Las personas que sienten emociones negativas frente esta época del año necesitan más sentirse refugiados de todo lo que implica la Navidad, y qué mejor que en sus propias casas para refugiarse, sin aglomeraciones, sin gente derrochando felicidad, ni adornos o alegría. A veces, como más felices ves a los demás, más conectamos con la emoción del enfado y la frustración y la manera de exteriorizarlo es odiando la navidad. Lo que hacen es aislarse de cualquier contacto que identifican como innecesario o que rebose hipocresía, a su manera de ver.

Asimismo, en muchas ocasiones la persona no disfruta de las reuniones familiares que son producidas por la obligación de una fecha concreta por festividad o tradición. Este hecho provoca un aumento de la ansiedad o el estrés y, por ende, todavía más rechazo, ya que no se sienten integrados ante una festividad que detestan.

¿Cree que se ha acentuado todo con la pandemia?

La salud mental es la gran desconocida en nuestro país y los colindantes. Pero si hay algo bueno que trajo la pandemia es la de poder dar más visualización a todos los trastornos mentales, como la depresión o la ansiedad, los más prevalentes.

La depresión navideña o el Trastorno Afectivo Emocional (TAE) tiene la característica de ser estacionaria y concreta en este momento del año como es la Navidad. Si tenemos en cuenta todo lo que hemos vivido en la pandemia, nos encontramos con un clima que puede más propicio al desarrollo de este tipo de patologías, sobre todo en personas que cumplen con las variables que las desencadenan. De igual manera podría pasar con la depresión endógena, que ocurre sin causa aparente o relacionada con la heredabilidad.

¿Cómo podemos gestionar mejor esas emociones negativas?

Es muy importante realizar un trabajo de gestión emocional para poder confrontar todas esas emociones que nos invaden y buscar el porqué de su aparición. Otra cosa que podemos hacer es empezar a ver la Navidad desde otra perspectiva como, por ejemplo, ver como un momento de vacaciones, para tener más tiempo para uno mismo, para descansar y para poder hacer aquellas cosas que nunca tenemos tiempo. También está bien pensar que es una época del año que tiene un final y que será algo puntual. Algo a tener muy presente es ser fiel a nuestros principios y ser nosotros mismos. Si no nos gusta la Navidad no debemos forzarnos a ello, ni adaptarnos al gusto de los demás. No pasa nada porque no te guste la Navidad, pero también se puede ser respetuoso con la gente que la disfruta, e incluso permisivo.

¿Se puede recuperar la ilusión por la Navidad como cuando éramos pequeños?

Sí que se puede. Un buen comienzo podría ser pensar como lo haría el niño o la niña que éramos antes, y actuar en consecuencia. Todos lo hemos sido en algún momento y puede que lo hayamos olvidado. Te recomiendo que escribas una carta a los reyes magos, que prepares algún plato diferente o especial, que hagas un amigo invisible con tus amigos o que pases tiempo de calidad con tus seres queridos. Todo ello te hará pasar una velada inolvidable.

Lda. Carolina Lozano Fernández
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