Cómo detectar que estás teniendo un ictus

Cómo detectar que estás teniendo un ictus

Es realmente saber importante reconocer cuándo estás teniendo un ictus, ¿sabes qué síntomas muestra? ¡Cada minuto cuenta!

En España el ictus es la segunda causa de muerte en la población general y la primera causa de muerte en la mujer. Además supone la primera causa de discapacidad y genera un gasto muy elevado para los servicios sanitarios y sociales. 

Según el Ministerio de Sanidad, "el ictus supone una de las primeras causas de mortalidad en el mundo occidental y la primera causa en incapacidad y coste económico. Su repercusión en el seno de las familias, en el campo profesional y laboral, y en el terreno de lo social es enorme".

Es por ello fundamental prevenir la enfermedad y, sobre todo, aprender a reconocer los síntomas del ictus para actuar de inmediato y evitar males mayores.

¿Qué es un ictus?

Un ictus, también conocido como infarto cerebral, derrame cerebral o accidente cerebrovascular, sucede cuando disminuye, de forma repentina y brusca, el oxígeno que llega a una zona del cerebro, bien sea por una obstrucción vascular o por alguna hemorragia.

Cuando esto sucede, las neuronas y sus conexiones detienen su funcionamiento, por lo que la región del cerebro afectada se altera significativamente. Dependiendo de la zona del cerebro en la que suceda el ictus, la alteración será más o menos severa. 

Cuando la alteración es importante, estamos ante una afección grave ya que el cerebro no puede realizar funciones básicas como hablar, caminar, usar las manos, ordenar los pensamientos... Pero además, podría dejar de realizar otras funciones vitales como la respiración.

Ya que, el derrame cerebral cursa en la mayor parte de los casos sin dolor, resulta de máxima importancia saber detectar si estás teniendo un ictus. Reconocer los síntomas, acudir al servicio médico de urgencia y recibir tratamiento de inmediato puede suponer que se minimicen las secuelas a consecuencia del episodio.

Lo mejor actualmente es la prevención contra el ictus, pero una vez instaurada la enfermedad, es esencial conocer sus síntomas para evitar daños severos a nivel neuronal, cognitivo y físico.  Y es que, un ictus es un problema grave de salud no solo por la mortalidad que genera, sino también por el grado de discapacidad que puede llegar a ocasionar,  como parálisis de las extremidades o alteraciones del habla.

Aprender a detectar que estás teniendo un ictus: síntomas

Problemas de visión: un ictus puede afectar al campo de visión impidiendo ver correctamente del lado derecho. Podrías tener también visión doble.

Alteraciones del lenguaje: un ictus isquémico puede presentarse provocando una ausencia del lenguaje, o incluso un lenguaje confuso, sin sentido. 

Parálisis facial: puede aparecer una desviación de la boca, dificultad para sonreír, para cerrar el ojo, subir una ceja, encajar correctamente la mordida. 

Pérdida de sensibilidad en el lado derecho del cuerpo: se produce una pérdida de fuerza muscular, así como falta de sensibilidad. Además, podría resultar dificultoso coordinar movimientos. Es frecuente sufrir un entumecimiento de músculos y articulaciones.

El dolor de cabeza es un síntoma común que afecta a muchos pacientes antes de sufrir un ictus.

Qué hacer en caso de ictus isquémico o hemorrágico

Ante la presencia de uno o varios de estos síntomas es importante reaccionar con rapidez y acudir cuanto antes a los servicios de emergencias o llamar a una ambulancia para que puedan proveer al paciente de cuidados médicos, como oxígeno, lo antes posible.  

¿Es posible recuperarse tras un ictus?

La recuperación de las funciones perdidas tras el ictus depende de la gravedad del derrame, de la premura con la que se trató y del tratamiento recibido durante la fase aguda. 

El equipo médico elaborará un plan de rehabilitación para el paciente en función del daño en el aparato motor, en el lenguaje, el equilibrio, la sensibilidad, etc. 

En algunos casos la rehabilitación puede ser completa con trabajo psicoterapéutico, mientras que en otros el paciente habrá de vivir con las secuelas del ictus. 

Sin embargo, tras haber sufrido un accidente cerebrovascular, el paciente habrá de llevar un seguimiento con su equipo médico para evitar un nuevo infarto. A esto se le conoce como prevención secundaria. 

Bibliografía

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