La resiliencia

La resiliencia

Las circunstancias actuales que estamos viviendo, así como las pérdidas y dificultades que podemos vivir en nuestro día a día, hacen importante conocer formas de afrontar la vida de la manera más saludable posible. Para ello vamos a hablar de resiliencia.

La resiliencia es la capacidad de salir con fortalezas de las situaciones difíciles. No solo superar el dolor, sino de transformarlo para salir adelante con aceptación y aprendizaje.

Es una capacidad que puede aprenderse y desarrollarse en cualquier momento de nuestra vida y que nos permitirá adquirir herramientas para nuestro bienestar personal y el de los demás.

Hacer esto puede parecer complicado, pero la clave está en darnos nuestro tiempo y llevar a cabo determinados pasos que nos ayudarán.

Para poder fomentar el ser resilientes y poder hacer que otras personas adquieran esta capacidad tenemos que poner en marcha una actitud concreta, con un optimismo realista en el que tendremos en cuenta aquello que nos hace daño y buscaremos la forma en la que el impacto sea menor.

Lo que nos ayudará a ello son los conocidos pilares de resiliencia, sobre los que se sustenta, y que será bueno poner en marcha poco a poco, eligiendo acciones que nos faciliten avanzar.  Vamos a conocer algunas pautas:

  • Date un tiempo para mirar dentro de ti. Escribir y  pensar en el para qué de mi día a día nos lleva a dar sentido a nuestra vida.
  • Activa tu creatividad buscando soluciones nuevas, probando distintas formas de hacer las cosas.
  • Escucha tus valores, revisa qué es importante en este momento para ti y sé coherente con lo que sientes, piensas y haces.
  • Pon en algún momento sentido del humor y mira con perspectiva. No consiste en reírnos por reírnos pero sí dar su justa importancia a lo que ocurre y permitirnos mirar desde otro prisma. Recuerda lo ya superado en tu vida, qué te ayudo, cuáles son tus puntos fuertes. Si pudiste, puedes.
  • Toma la iniciativa, da el primer paso para tratarte bien, rodéate de momentos agradables, sencillos, que den bienestar... Una ducha, una comida agradable, hablarnos bien, con buen trato a nosotros mismos o los demás  o escuchar algo que nos guste.
  • Rodéate de personas que no nos juzgan, personas que nos suman, con las que hablar, sonreír o sentirnos escuchados. Las relaciones personales son muy importantes para la resiliencia. En este punto es importante recordar que podemos abrir mente y no esperar que sean siempre personas cercanas o las mismas, saludar en el día a día a vecinos o personas con las que nos cruzamos también es interacción.

Lo que ocurra no está en nuestras manos siempre, el qué hagamos con aquello que pase sí es nuestro.

Como nos decía Viktor Frankl, "nuestra mayor libertad es la libertad de elegir nuestra actitud".

Pongamos en nuestra vida resiliencia.

Montse Pérez
Psicóloga sanitaria. Especialista en demencias y en resiliencia y duelo
Docente, formadora y divulgadora. Psicóloga en SFH Psicólogos.
montse@montseperezpsicologa.com

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