PROBLEMAS DE MEMORIA

¿Hay una crisis de memoria a los 60?

¿Hay una crisis de memoria a los 60?

La crisis de los 40 es conocida por todos pero ¿qué pasa con los 60? ¿Existe una crisis a esa edad? ¿Empiezan entonces los problemas de memoria?

Los sesenta son una edad bisagra: se empieza a temer por la salud, los hijos se independizan, se interrumpe la vida profesional... Pero ¿se puede hablar de crisis como se habla de crisis de los cuarenta, por ejemplo? Los especialistas no tienen todavía elementos para afirmarlo. Por el momento, se limitan a observar. No olvidemos que estamos ante un fenómeno completamente nuevo en la historia de la humanidad. Los progresos de la medicina, de la higiene y de la dietética son tantos que tener hoy 60 años no tiene nada que ver con tenerlos en la década de los 70 del siglo pasado. En realidad, es toda una revolución cuyo alcance aún no ha sido valorado.

Hoy día, una persona de sesenta años, estadísticamente, tiene todavía ante sí entre 25 y 30 años más de vida y sus problemas son los que, en cualquier otra época, habría tenido una persona de 40. Nos parece perfectamente normal que hombres de 60 años tengan a veces hijos muy pequeños, que las parejas de esa edad se cuestionen su relación, que las mujeres decidan empezar de nuevo. Pero todo ello era impensable no hace tanto tiempo. A falta de un modelo establecido, los sexagenarios no parecen sentirse del todo a gusto y buscan puntos de referencia, tantean distintas posibilidades, intentan reajustar su vida...

¿Cómo afecta la crisis de los 60 a la memoria?

Más que hablar de crisis de los sesenta habría que hacerlo de crisis de la jubilación. Es frecuente que las personas construyan su equilibrio personal en torno a su universo profesional. El trabajo confiere un estatus social y familiar, pero a veces enmascara otras dificultades. Con la jubilación, todo puede derrumbarse. A un directivo de empresa, acostumbrado a estar rodeado de gente y a tener que acudir a almuerzos o viajes de negocios, puede asaltarle de repente la sensación de estar solo, de que no se le reconoce lo suficiente. Y a las mujeres que han trabajado toda su vida fuera del hogar puede ocurrirles otro tanto: llevan muy mal quedarse encerradas en casa dedicándose exclusivamente a sus labores.

En este contexto, los problemas de memoria son un síntoma de la crisis. Un monitor de un grupo de terapia sobre la memoria cuenta que en una ocasión acudió un abogado jubilado de 68 años al que enviaba su médico porque la memoria se le quedaba en blanco. Los problemas habían comenzado a aparecer cuando se jubiló. Dado que su profesión no le imponía la jubilación forzosa a los 65 años, el abogado decidió abandonar sus actividades profesionales tras la muerte de su madre, ocurrida unos meses antes. En su caso, esa doble y dolorosa ruptura era la explicación de sus problemas de memoria.

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