Consejos para que la soledad no te afecte en la jubilación

¿Estás deseando jubilarte?, ¿cuentas los meses que te faltan para llegar a la edad de jubilación y dejar de trabajar? El estado con el que se afronta la llegada de la jubilación generalmente es de ilusión pero, al igual que pasa en muchas otras etapas de la vida, tal vez la realidad no es lo que esperabas. El principal obstáculo a salvar de las personas jubiladas es la soledad y por eso tenemos algunos consejos para no sentirte tan solo.

Di adiós al trabajo y también a la soledad en la jubilación

El despertador no suena y al principio es un alivio. Tienes todo el día para ti, para hacer lo que quieras, sin prisas, sin responsabilidades, sin estrés. Es la vida que deseabas desde hace años...y sin embargo, no la estás disfrutando. La soledad ha hecho acto de presencia y llegas a echar de menos a tus compañeros de trabajos y hasta las salidas de tono de tu jefe. ¿Qué está pasando?

Está pasando que este cambio de etapa se ha convertido en una crisis vital y la soledad te está empezando a pasar factura. ¿Cómo lo abordamos? Pues en cuanto veamos los primeros síntomas, porque si dejamos que la soledad se instale en tu vida de jubilado, al final habrá que pedir ayuda profesional. ¿Lo intentamos antes de que sea tarde?

Entre las recomendaciones o consejos más habituales para evitar la soledad en la jubilación se encuentran las asociaciones de mayores. Allí se hacen encuentros, charlas, conferencias, cursos, excursiones, talleres de todo tipo que, aunque no en principio no te motiven demasiado, son la excusa perfecta para socializar y hacer amigos. Sí, se puede hacer amigos a cualquier edad. Tal vez ha llegado el momento de aprender a cocinar, de tallar madera, de estudiar una carrera, de darle una vuelta a tu afición por los libros acudiendo a un club de lectura o de hacer senderismo con personas de tu edad.

Mención aparte merecen los famosos viajes del IMSERSO, que son una poderosa herramienta contra la soledad. Y lo cierto es que no se trata de ocuparte todas las horas del día como cuando estabas trabajando, porque seguro que disfrutas de estar contigo mismo, a solas. Pero, ¿qué me dices de hacer un voluntariado?, ¿a tu edad? Por supuesto. Ayudar a otras personas, por ejemplo a personas mayores que necesitan compañía, hacer alguna actividad en algún colegio con los niños o incluso ayudar en una protectora de animales.