Probióticos en la tercera edad, ¿Son recomendables para las personas mayores?


Publicado por Patricia Fernández, periodista
Creado: 9 de abril de 2025 13:18 | Modificado: 9 de abril de 2025 13:29


Probióticos en la tercera edad, ¿Son recomendables para las personas mayores?

A medida que envejecemos, nuestra salud digestiva y defensas pueden debilitarse. En este contexto, los probióticos —microorganismos beneficiosos— surgen como aliados potenciales. Pero, ¿realmente ayudan a las personas mayores? Exploramos sus efectos en la digestión, la inmunidad y el bienestar emocional durante la tercera edad.

Con el paso de los años, el cuerpo cambia... y también lo hace el intestino. La microbiota intestinal -ese conjunto de microorganismos que habita en nuestro sistema digestivo- puede desequilibrarse con la edad, afectando a la digestión, la inmunidad e incluso el estado de ánimo. En este contexto, los probióticos, conocidos como "microbios amigos", están ganando popularidad entre quienes buscan envejecer con salud. Pero, ¿realmente son útiles los probióticos en la tercera edad?

¿Qué son los probióticos?

Los probióticos son microorganismos vivos, como bacterias y levaduras, que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, pueden aportar beneficios a la salud. Su función principal es ayudar a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal.

En condiciones normales, nuestro intestino está poblado por bacterias "buenas" y otras potencialmente perjudiciales. Los probióticos ayudan a que las buenas prevalezcan, contribuyendo a:

Cambios en la microbiota con la edad

Con el envejecimiento, la diversidad bacteriana suele disminuir. Es habitual que desaparezcan bacterias beneficiosas y aumenten las que pueden causar problemas, provocando un desequilibrio conocido como disbiosis.

Este desequilibrio puede estar relacionado con varios problemas propios de la edad: inflamación crónica, digestiones difíciles, más infecciones e incluso deterioro cognitivo. Por eso, mantener una microbiota equilibrada mediante una dieta rica en fibra y probióticos podría ser una ayuda valiosa en la tercera edad.

Beneficios de los probióticos en adultos mayores

Los beneficios de los probióticos no son exclusivos de las personas mayores, pero en esta etapa de la vida pueden marcar una gran diferencia. A continuación, te contamos los efectos positivos más destacados.

1. Mejoran la salud digestiva

Uno de los beneficios más conocidos es su capacidad para regular el tránsito intestinal. En personas mayores, los probióticos han demostrado ayudar a:

  • Prevenir y reducir la diarrea, especialmente la causada por antibióticos.
  • Combatir el estreñimiento crónico.
  • Aliviar molestias como gases e hinchazón.

Además, algunas cepas probióticas ayudan a digerir mejor la lactosa, lo cual es especialmente útil para quienes tienen intolerancia o molestias tras consumir lácteos.

2. Refuerzan el sistema inmunológico

Con la edad, el sistema inmunitario pierde fuerza (un proceso conocido como inmunosenescencia), lo que aumenta el riesgo de infecciones. Aquí los probióticos pueden actuar como aliados, ya que:

Incluso se ha observado que algunos probióticos pueden mejorar la eficacia de ciertas vacunas, como la de la gripe, al aumentar la producción de anticuerpos.

3. Contribuyen a la salud mental

El intestino y el cerebro están conectados a través del llamado eje intestino-cerebro. Cada vez hay más estudios que relacionan el estado de la microbiota con el estado de ánimo, la ansiedad y las funciones cognitivas.

Algunos estudios sugieren que los probióticos podrían:

  • Mejorar el estado de ánimo y reducir síntomas de depresión.
  • Favorecer la memoria y la atención en personas con deterioro cognitivo leve.
  • Disminuir la inflamación cerebral relacionada con enfermedades neurodegenerativas.

Aunque la investigación sigue en curso, los resultados son prometedores y abren una puerta a nuevas estrategias de cuidado cognitivo en la tercera edad.

4. Pueden mejorar otros aspectos de salud

Los probióticos también podrían ofrecer otros beneficios interesantes para las personas mayores:

  • Colesterol: algunas cepas ayudan a reducir ligeramente los niveles de colesterol LDL ("malo").
  • Metabolismo: una microbiota equilibrada se asocia a un menor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 e hipertensión.
  • Nutrición y fragilidad: al mejorar la absorción de nutrientes, podrían prevenir la malnutrición y reducir el riesgo de síndrome de fragilidad.

¿Dónde encontrar probióticos?

Hay dos formas principales de incorporar probióticos a la dieta: a través de alimentos o mediante suplementos.

Alimentos con probióticos

Algunos alimentos fermentados contienen microorganismos beneficiosos de forma natural:

  • Yogur con cultivos vivos.
  • Kéfir (leche fermentada).
  • Chucrut y kimchi (col fermentada).
  • Miso.
  • Kombucha (té fermentado).
  • Algunos quesos curados o encurtidos.

Estos productos son una forma sencilla y sabrosa de cuidar la flora intestinal.

Suplementos probióticos

Los suplementos están disponibles en cápsulas, polvos o líquidos, y contienen cepas específicas en altas concentraciones. Aunque son cómodos y prácticos, no todos tienen respaldo científico.

Es recomendable:

  • Elegir productos de marcas confiables.
  • Consultar con un médico o farmacéutico antes de empezar.
  • Revisar que indiquen claramente las cepas y la cantidad (en miles de millones de UFC).

Precauciones importantes antes de tomar probióticos

Aunque los probióticos son seguros para la mayoría, es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones:

Seguridad y efectos secundarios de los probióticos

Generalmente son bien tolerados, pero en los primeros días pueden causar:

  • Gases.
  • Hinchazón leve.
  • Cambios en las deposiciones.

Estos efectos suelen desaparecer conforme el cuerpo se adapta.

Sin embargo, en personas inmunodeprimidas (por cáncer, trasplantes, enfermedades graves) o en estado crítico, algunos probióticos podrían causar infecciones. En estos casos, se debe consultar siempre al médico.

Interacciones de los probióticos con medicamentos

Los probióticos no suelen interferir con otros tratamientos, pero:

  • Si se toman antibióticos, conviene espaciar la toma del probiótico (2 horas después, por ejemplo).
  • Algunos medicamentos antifúngicos podrían reducir la eficacia de probióticos basados en levaduras.

Siempre es recomendable informar al médico sobre cualquier suplemento que se tome.

¿Son los probióticos una buena opción para la tercera edad?

La respuesta corta es: sí, pueden serlo, si se utilizan con conocimiento y precaución. No sustituyen a una alimentación saludable ni a los tratamientos médicos, pero pueden ser un complemento útil para:

  • Mejorar la digestión.
  • Sentirse con más energía.
  • Prevenir infecciones.
  • Cuidar el estado de ánimo y la agilidad mental.

Como siempre, cada persona es diferente. Lo mejor es comenzar poco a poco, observar cómo reacciona el cuerpo y, si hay dudas, pedir orientación profesional.

Bibliografía

NIH, AEMPS, elprobiotico.com, farmacosalud.com, estudios científicos recientes y guías de geriatría.

Este artículo tiene un fin educativo y no sustituye la consulta médica.

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